Dos disfraces kitsch y no tan de último minuto para Halloween
Con el tiempo encima, sólo queda cruzar los dedos y mezclar todas los accesorios tenebrosos al alcance para hacer nuestro testamento al estilo kitsch
Se dice popularmente que el Halloween es la época del año donde las personas pueden sacar sus "garras" sin sentirse juzgadas. Mientras más cuidado el disfraz, mayor murmullo. ¿Cómo olvidarse de La Reina de los Disfraces, Heidi Klum, en su espantoso disfraz de gusano gigante en el 2022 o en su caracterización de la diosa hindú, Kali, allá por el 2008?
Lo cierto es que, muy para desgracia, no se tienen millones de dólares como para preocuparse por cuál será la siguiente ultra producción en disfraces. A duras penas, se abandona la covacha porque de milagro se recibe invitación para una fiesta de Halloween.
Cualquiera que sea el caso, es poco probable que la realidad del disfraz sea cercana a la expectativa. No importa cuántas capas de pintura se ponga en la cara para hacer un disfraz de la reina María Antonieta, no va a empanizarse de blanco si la pintura es de una papelería de la vuelta y, además, sin resistencia al sudor.
¿Para qué estresarse? Todo lo contrario, si la intención creativa y estética es clara desde el inicio, se disfrutará del proceso sin caer en el enojo porque olvidó cortar la etiqueta de la playera del supermercado.
Así que, aprovechando la naturaleza tosca, vulgar, pasada de moda y, desafiante, del estilo kitsch, estos son un par de disfraces cursis y auténticos que tal vez luzcan mal —no para nosotras, sino para el mundo—, y esa es la intención.
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Miss Chappeggy
No nos detendremos para hablar de Chappell Roan, lo que tiene que saber es que sus canciones se han posicionado en las primeras listas de plataformas como Spotify, y que su género musical es el synth pop de los años 80.
Roan retoma la nostalgia dosmilera y se inspira en personajes de la cultura televisiva y pop como Miss Piggy (Los Muppets). La idea para este disfraz, se basa en el conjunto que vistió Chappell Roan en los Grammys 2024, quien a su vez, tomó inspiración en la señorita Piggy.
Las instrucciones son simples: vístase de rojo, o en su defecto, el color que guste (el rosa combina muy bien) y consiga una naricita de silicona con forma de chanchito. Si no la consigue, puede pintársela o retacarse de rubor para que luzca “adorable”. Aunque, la sola idea de que una persona nazca con nariz de cerdo ya resulte creppy.
Máscaras de cartón
Este disfraz es el pináculo de lo simple. La sugerencia es que el conjunto sea negro (o de un color neutral) porque la máscara de papel maché o de cartón, será la estrella. Las encontrará, principalmente de diablo rojo, azul; de viejita; si hay suerte, de muñeca y de diseños variados. Cualquiera que elija, los artesanos cartoneros que se ponen en el parque Morelos crean sólo máscaras coloridas y bellas.
El único inconveniente con este disfraz será conseguir la máscara; tendría que ir al parque Morelos o comprarla con los artesanos que tenga más cerca. Aún así, recuerde que estos son disfraces están inspirados en la estética kitsch…, siempre puede recurrir a sus pinturas de la papelería de la esquina. Al fin y al cabo, mientras más cursi y "malhecho", mejor.
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AO