Esto es lo que pasa cuando la lava tiene contacto con el mar
Aunque visualmente se trate de un espectáculo incandescente, la mezcla de ambos elementos puede tener repercusiones negativas para la vida y el entorno circundante
Existen ocasiones, después de la erupción de un volcán, donde la lava recorre una parte del territorio hasta llegar a tener contacto con un cuerpo de agua. Un ejemplo de esto se dio en el año 2021, cuando el volcán Cumbre Vieja en las Islas Canarias hizo erupción durante 85 días ininterrumpidos y su lava descendió hasta el océano Atlántico.
El contacto de la lava con el agua salada del mar es un proceso potencialmente peligroso, ya que el cambio de temperatura y la reacción química que se produce cuando ambos elementos se tocan, puede llegar a producir efectos ambientales nocivos y graves daños para la salud.
La lava tiene una temperatura aproximada de mil grados centígrados. De esta manera, cuando se junta con el mar, que suele estar a una temperatura de 23 grados, el líquido de la superficie se evapora y entran en contacto los gases del magma con los elementos químicos que integran el océano.
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El choque térmico provoca que se formen nubes con gases ricos en ácidos, lo que puede generar irritación en la respiración y en la piel. Más específicamente, el humo que se lanza a la atmósfera contiene partículas de ácido clorhídrico y de vidrio, por lo que no se recomienda que las personas se mantengan cerca de una zona así.
A pesar de que el contacto inicial suele ser muy explosivo, la lava se va enfriando paulatinamente con la temperatura del mar y se termina sedimentando en el fondo de la propia tierra.
Del mismo modo, cuando han ocurrido este tipo de fenómenos se suspende la navegación marina, pues otras consecuencias del choque entre la lava y el agua pueden ser la formación de deltas de lava, explosiones cerca de acantilados y la generación de olas hirviendo en el área del contacto.
En cuanto a las afectaciones ambientales, las principales especies que se ven perjudicadas en estos escenarios son aquellas que permanecen en el fondo del mar y no se pueden mover, tales como estrellas de mar, erizos, algas y algunos cangrejos. Sin embargo, se considera que la renovación de los ecosistemas marinos es relativamente rápida comparada con los terrestres.
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CM