¿En qué orden debo comer mis alimentos?
¿El orden de los factores sí afecta el resultado? ¿No aplica aquel adagio sobre que al fin y al cabo todo llega a donde mismo?
Es un saber común que los alimentos llevan cierto orden de consumo. Se trate de una visita a un restaurante, dentro de una fiesta o hasta en una comida coditiana y poco planeada, solemos presentar una cierta jerarquía temporal con los alimentos que consumimos. Incluso, hay ciertas pautas en las que el orden suele llevar a los comensales a comenzar con las verduras, seguir con las proteínas y grasas y dejar los carbohidratos, el postre, para el final ¿hay una base científica detrás de esta ordenación?
La línea marcada en el anterior párrafo es significante para los pacientes diagnosticados con diabetes. Uno debe comenzar con las verduras para pasarse a las proteínas y terminar con los carbohidratos que puedan consumir. Este orden ha demostrado ser el que menores picos de glucosa en sangre provoca, de acuerdo a varios estudios. Además, el dejar los carbohidratos al final permite que el cuerpo sienta saciedad durante mayor tiempo.
Sin embargo, si el cuerpo no padece diabetes, el orden no debería de ser estricto. Los posibles cambios en niveles de azucar no son graves si no se presentan constantemente. Para este tipo de personas, el acomodo temporal de los alimentos termina por ser una sugerencia. Especialmente si, después de la comida, te sientes cansado.
Por último, hay que poner en la mesa el tema moderno por excelencia: la ansiedad. Esta puede conducir a alimentaciones desordenadas e impulsivas. Pero no hay problema en ello. Los estudios demuestran, para personas que no tienen diabetes, que es más relevante incluir verduras en cada comida, que el orden en que las consumamos.
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OB