Lo mejor de muchos mundos
Un concepto de comida donde los sabores y la creatividad tocan los límites de la perfección
Lander, de nombre, es un personaje que después de haber pasado por distintos e icónicos restaurantes como son Rupestre, Palreal, Teté Cocina de Barrio y Xokol, decidió aventurarse con un concepto único en la ciudad de comida reconfortante.
Veracruzano de nacimiento, hace honor con el nombre Pango a la terminación de esta famosa obra musical: “El Huapango de Moncayo”, del artista tapatío José Pablo Moncayo, que viera sus primeras representaciones en Bellas Artes por ahí del año 1941.
Pues bien, hace un par meses abrió este lugar con únicamente espacio para 10 personas en mesas y 4 en barra. Es muy cálido y sumamente limpio. Así que acudí a desayunar y les platico:
A sugerencia, pude probar tres platillos: Omelette ($150), es la perfecta ejecución de un omelette francés, donde sientes la mantequilla, un poco de queso crema y parmesano. La consistencia es sin igual, firme en su exterior y de lo más suave por dentro. Para que puedas lograr un platillo así, el manejo del fuego es fundamental, ya que para que quede con la calidad que se ofrece, el fuego debe ser muy bajo para alcanzar esa consistencia. No he probado nada similar en Guadalajara, está de 10 y con nota. En sus sabores pude distinguir un poco de albahaca, comino y tomillo. Se acompaña de una falsa ensalada césar con Kale, y es falsa porque en su aderezo no tiene anchoas.
Breakfastbao ($140, en la foto). Platicando acerca de este platillo, me comentaron que originalmente querían hacer un taco de huevo y porkbelly, pero acabó siendo una especie de hamburguesa con pan de bao (al vapor), con un toque dorado en su cima y que por dentro tiene huevo revuelto, una rebanada delgada de porkbelly (como jamón pues) que fue cocinado por 12 horas en el sous-vide, que es esta técnica en la que metes en una bolsa al vacío la proteina y la acomodas dentro de una tina con agua con temperatura regulada.
Y un kimchi de kale. Debo mencionar que no soy tan fan del kimchi, porque su sabor se me hace invasivo, pero en este caso le dio un sabor excepcional. Gran platillo lleno de sabor y creatividad.
Por último y para mitigar la culpa, llegó un Waffle ligero ($100) que más bien son como estas galletas danesas stroopwafles, que si vienen un poco con marcas cuadradas pero nada que ver son los waffles americanos. Se presentan en shells, así como si fueran tacos texmex, en su interior llevan una base de compota de frutos rojos, una crema de lo más buena, a la que airearon mucho con ralladura de limón que realza el sabor y le da un toque celestial, coronado con frutos rojos.
Si asisten más de dos personas, pidan dos órdenes, ya que vienen dos y todos deberían probarlos. Con un buen jazz de fondo, Pango es una de las propuestas más originales a las que últimamente he asistido y me da alegría que tengamos la oportunidad de vivir y saborear platillos únicos y tan bien ejecutados.
Sé feliz
Visita
Calle Argentina 322, Colonia Americana, Guadalajara
Horario: marte a viernes de 8 AM a 4 PM; sábado y domingo de 9 AM a 5 PM
IG: Pango_cafe
- Comida: 5
- Lugar: 5
- Servicio: 5