¿Cuáles son los beneficios de bañarse con agua fría?

El agua fría tiene efectos significativos sobre el organismo, actuando como vasoconstrictor, es decir, contrae los vasos sanguíneos, lo que aumenta la presión del flujo sanguíneo y estimula la circulación. 

Así lo explicaron miembros del Instituto de Dermatología Integral, quienes también destacaron sus propiedades antiinflamatorias y capacidad para disminuir la velocidad de conducción nerviosa, aliviando dolores.

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Sumergirse en agua fría durante 15 minutos tras realizar actividad física mejora significativamente la circulación. Un estudio publicado en el International Journal of Sports Medicine lo confirma: los participantes introdujeron una pierna en un baño de agua a 10 grados mientras la otra permanecía fuera, y se comprobó que las adaptaciones microvasculares fueron más pronunciadas en la pierna sumergida.

El agua fría también fortalece el sistema inmunológico. Una investigación publicada en Plos One con más de tres mil participantes encontró que aquellos que se duchaban con agua fría al menos 30 segundos al día reducían en un 29% las bajas laborales por enfermedad. Además, muchos participantes reportaron un aumento en sus niveles de energía, comparable al efecto estimulante de la cafeína.

Parte de los beneficios dermatológicos del agua fría son: 

• Estimulación de la circulación y producción de colágeno: El contacto del agua fría acelera el metabolismo, protege contra la pérdida de calor, mejora la circulación sanguínea y oxigena la piel. Esto fomenta la producción de colágeno y elastina, esenciales para la firmeza y elasticidad de la piel.
• Efecto antiinflamatorio: Al reducir el flujo sanguíneo, disminuye la inflamación, lo que beneficia condiciones como la cuperosis, la rosácea, las arañas vasculares y el acné. Además, aplicarlo directamente sobre las ojeras con algodones, pañuelos fríos o herramientas de masaje puede ayudar a disminuirlas, logrando una apariencia más descansada.

Ahora, si bien ya hablamos de los beneficios, es importante señalar que la temperatura ideal del agua no debe exceder los 20 o 25 grados. Tampoco se recomienda permanecer en agua fría por tiempos prolongados ya que podría ocasionar fallos en la termorregulación corporal; alteración del ritmo cardiaco, quemaduras en la piel y, en casos extremos, hipotermia. 

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AO


 

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