Cambios que el COVID-19 trajo a nuestro hogar
Hoy compartimos contigo algunas modificaciones que llegaron para quedarse
La contingencia cambió nuestro estilo de vida y si algo tuvo que adaptarse fue nuestro hogar, ya que para muchos se convirtió en oficina y salón de clases.
- Entrar a casa
Si antes no le dábamos importancia a nuestra llegada a casa o a cualquier otra, ahora sí lo hacemos. Se implementaron acciones como limpiar nuestros zapatos o entrar sin ellos, dejándolos también en un mueble especial para sólo usar un calzado limpio dentro de casa o también descalzos. Se convirtió en todo un ritual con tapete, sanitizante y hasta termómetro.
- Cuarto de trabajo o estudio
Elegir un espacio para hommeoffice y/o homeschool fue uno de los más trascendentes, de tal manera que fuera cómodo, práctico e incluso iluminado por la cantidad de horas que se pueden pasar ahí. Darle un toque creativo con una planta, cafetera o libros, siguen siendo una gran idea, volviéndolo así acogedor, pero se convirtió en todo un reto para muchos, sobre todo para los que están en espacio reducidos.
- Los cubrebocas
Se volvió un artículo esencial, casi como traer nuestro celular en todo momento, además de ser parte de nuestra vestimenta. Ya no podemos vivir sin ellos, son indispensables para el día a día, por lo que no es una sorpresa que ahora tengan un lugar especial, incluso para no extraviarlos y que nuestra casa esté lleno de cubrebocas de diferentes integrantes de la familia por todos lados. Lo ideal es identificar cada uno y tenerlos a la mano para cuando vayamos a salir.
- Contenedores para todo
Los contenedores se convirtieron en los mejores aliados del hogar para guardar nuestros artículos. Las cajas de plástico, mármol, vidrio o hasta charolas, se convirtieron en la mejor alternativa para dejar nuestras llaves, monederos o accesorios varios de la casa. Aunque no son tan estéticos, puedes darle un toque personal e integrarlos a la decoración del hogar.
- Limpieza impecable
Este aspecto se volvió de vital importancia con desinfectantes, cloro y demás productos para sanitizar nuestra casa. Otro gran acierto fue abrir las ventanas o puertas para que corriera el aire fresco, pero a la vez tener el cuidado de desinfectar todo lo que iba entrando, porque cambiaron nuestros hábitos como el de lavarnos las manos constantemente, trayendo siempre a la mano nuestro antibacterial. La limpieza, aunque siempre ha sido esencial, ahora se volvió más profunda.
AA