Berenice pone quesos y lácteos en las mesas mexicanas en EU
Actualmente distribuye sus productos en más de 2 mil 500 comercios en 22 estados de EU. “Nuestra Cocina” otorga becas a mujeres para que sigan con sus estudios y cumplan sus sueños
Llegó hace 18 años a Chicago. Y hoy, con sus quesos y otros productos lácteos, está dejando huellas entre la comunidad migrante. El ejemplo de Berenice Tenorio inspira a jóvenes latinas de todas las edades que saben que estudiando y perseverando “sí se puede”.
En 2013 fundó la compañía “Nuestra Cocina”, enfocada en ofrecer alimentos mexicanos de excelente calidad. En su mayoría son productos lácteos, incluyendo 35 tipos diferentes de quesos y más de 60 variedades de yogures y cremas. Ha tenido la suerte de expandirse a más de 2 mil 500 supermercados en 22 estados del país, con ventas que superan los 20 millones de dólares al año.
Puede decirse que Berenice es una emprendedora que triunfa gracias a su perseverancia, disciplina y pasión por lo que hace.
Aunque su origen es el de una familia humilde de San Bartololo Totoltepec, en el estado de Hidalgo, eso nunca le significó un obstáculo para crecer en la vida y alcanzar las metas que se ha ido proponiendo.
En su pueblo tenía muy pocas oportunidades. Creció bajo el cuidado de una madre viuda (Berenice no tiene recuerdos de su papá, que falleció cuando ella tenía 5 años). Pero su mamá se las ingenió para darles una vida digna. Nunca le faltó un plato de comida ni un techo digno donde dormir, pero las perspectivas de futuro no eran buenas en lo relacionado al estudio.
Eran nueve hermanos y Berenice no tenía los recursos para estudiar. San Bartolo es uno de los lugares más pobres y marginados de México. Creció con muy escasos recursos, pero siempre buscó salir adelante.
“Los descendientes de comunidades indígenas vienen de condiciones de extrema pobreza, pero son trabajadores, estudiosos, tienen muchas ganas de progresar y siempre destacan”, revela Juan Mora Torres profesor de historia latinoamericana en la Universidad DePaul en Chicago.
Tenorio destaca que el amor por sus raíces otomíes surgió por el contacto que ella ha tenido con esa comunidad. Nunca ha negado sus orígenes y se siente súper identificada con el pueblo en que nació y creció. Pese a que no habla la lengua otomí, siempre trató de preservar sus raíces.
Berenice entendió que sólo preparándose lograría llegar a los niveles con los que soñaba. A base de esfuerzo aprendió a golpear las puertas correctas y correr detrás de las oportunidades. Quería ir a la mejor escuela de México y nunca se rindió: se dio a la tarea de buscar recursos y múltiples becas ofrecidas por distintas organizaciones dispuestas a impulsar a jóvenes emprendedores como ella, con hambre de triunfar.
La primera beca que consiguió fue para estudiar la preparatoria en la escuela privada La Salle. Así fue como se le empezaron a abrir las puertas. Tenía el sueño de estudiar en el Tecnológico de Monterrey, buscó los medios para hacerlo y consiguió una nueva beca. Nunca faltó a una clase ni perdió un examen.
También sabía que para su profesión necesitaba tener dominio del inglés, así que una vez que se graduó viajó a Estados Unidos para aprender el idioma mientras trabajaba.
Una vez dominado el inglés logró conseguir trabajo en Sigma Alimentos, una compañía internacional mexicana con presencia en todo Latinoamérica. A través de ellos pudo quedarse en Estados Unidos para trabajar con una visa de trabajo y empezó a incursionar en la investigación del mercado hispano. En Sigma estuvo 5 años. Después trabajó para la compañía “Nuestro Queso”, que la contrató en 2009 para desarrollar toda una red de distribución y ventas en el Medio Oeste.
Visitando los supermercados de su barrio en Chicago vio la oportunidad de ofrecer a los más de dos millones de mexicanos que residen en la región los mismos productos que consumían en su tierra. Por eso se aventuró a abrir “Nuestra Cocina”, su propio negocio, que además se quedó con la exclusividad en la distribución de “Nuestro Queso”.
¿Cómo se construye el sueño de la empresa propia de un día para otro? En Estados Unidos también hay muchas organizaciones que apoyan a los emprendedores a iniciar su propio negocio. Berenice se apoyó en la Cámara de Comercio Hispana de Illinois (IHCC) y buscó mentores con el conocimiento del mercado. “Sin ayuda, nadie puede lograrlo”, dice.
“Nuestra Cocina” tiene una responsabilidad en lo que se produce y ella personalmente está al pendiente de que todos los procesos sean amigables con el medio ambiente.
Berenice quiere que los alimentos que pone en la mesa de sus paisanos estén hechos con responsabilidad. Eso le ha valido las máximas certificaciones de higiene del Gobierno de Estados Unidos.
Ella insiste en que no quiere ser un caso aislado. Su empresa está ahora otorgando becas a jóvenes mujeres para que continúen con sus estudios. Su siguiente sueño está a la vista: comenzar a exportar productos de “Nuestra Cocina” a Canadá, Centroamérica y Europa.