Vicente Fernández: revelan los claroscuros de “El último Rey”
La escritora Olga Wornat desmitifica al ídolo ranchero a través de su nuevo libro: la biografía no autorizada del líder de la dinastía Fernández
Una de las estrellas más emblemáticas que dio México es Vicente Fernández. Pero detrás de esa figura poderosa que representa están los claroscuros de un hombre terrenal. Y es a partir de esa visión que la autora argentina Olga Wornat decidió escribir “El último Rey” (Editorial Planeta), la biografía no autorizada de “El Charro de Huentitán”, hablando desde la perspectiva del ser, el que alcanzó la gloria, pero que también pasó por momentos complicados y que falleció en Guadalajara, Jalisco el pasado 12 de diciembre, tras pasar cuatro meses internado en el hospital luego de sufrir una caída en su rancho y la detección de una enfermedad degenerativa.
Olga comparte en entrevista exclusiva para EL INFORMADOR, que este libro es un tributo a su madre, quien era gran admiradora de la música de Vicente: “Estoy muy satisfecha con este trabajo, muy contenta. Es un libro que estoy segura, le hubiera encantado leer a mi madre, porque era lo que ella hubiera querido leer de su ídolo, no quería una historia rosa”.
Comúnmente, quienes admiran a un ídolo, lo elevan a un gran pedestal y cuando se revelan sus claroscuros, puede ocurrir una decepción; sin embargo, para Olga a nivel personal, esto no sucedió porque en realidad la admiradora era su mamá y no ella, por lo que su metodología de investigación siguió el debido proceso como en sus demás libros.
“Este es mi libro número 11 y he abordado mayoritariamente biografías de personajes públicos. Al margen de que uno puede admirar, en este caso al cantante y te puede conmover si lo escuchas cantar, pues una cosa es el músico, el deportista, la actriz y el actor, pero otra cosa son los hombres y las mujeres que están detrás de esos ídolos, en este caso Vicente Fernández”. La autora cuenta que no se sorprendió o decepcionó de la vida del cantante, más bien descubrió al hombre que es Vicente en todas sus facetas, “en sus virtudes, sus miserias, sus tropiezos y sus éxitos”.
Expresa que, así como con Vicente, en la vida de cada persona hay muchos matices: “Es un ídolo, como lo fue Maradona en mi país, que uno lo veía jugar en la cancha y te maravillaba y emocionaba. Pero después, lo veías hacer o decir determinadas cosas y te daba vergüenza ajena. Algunas cosas parecidas me pasaron con Vicente Fernández, mientras investigaba y escribía, pasé por varias facetas, primero por la admiración de su perseverancia, porque realmente la construcción de un ídolo es una tarea de gigantes, creo que ni él mismo se propuso llegar a donde llegó, son pocos en el mundo los que tienen esa estrellita que los ilumina y los convierte en ídolos, pero también hay mucho trabajo de él y un gran talento interpretativo, con una voz extraordinaria”.
Pero cuando indagó en su vida se encontró también con el prototipo del macho: “Es tremendo, porque fue un macho con todas las letras, con una esposa sumisa que aguantó todas sus infidelidades y que son públicas, que agachó la cabeza, que no pudo estudiar, que estuvo en su casa y que cuidó a los hijos, y que por suerte estuvo ahí, porque él nunca estuvo”. Destaca Olga que Vicente nunca ocultó esta parte de él, “pero esta parte era tremenda y está en el libro, quise hacer un equilibrio entre esos claroscuros”. Y por eso es que también el título del libro puede entenderse y contextualizarse desde varios ángulos, teniendo presente a Vicente como una de las últimas figuras patriarcales del país y como una de las últimas leyendas de la música ranchera, por ejemplo.
El concepto del poder
El trabajo de investigación en la obra de Olga siempre será mostrar los matices del personaje en cuestión más allá de la figura política o de celebridad que representa; sin embargo, en ambos vínculos siempre resalta el concepto del poder; por ejemplo, los políticos lo usan para mover los hilos en la sociedad, en el caso de los ídolos de multitudes, el poder radica en las emociones que les generan a sus fanáticos.
Recuerda Olga que la influencia de Vicente en nuestro país fue muy profunda, que al menos abarca 60 o 70 años de la propia historia de México, por eso es que también en las páginas del libro ella contextualiza la historia de la vida del charro con los momentos más importante que sucedían en el día a día de la sociedad mexicana, como el auge del radioteatro, la telenovela, las caravanas por Estados Unidos y demás eventos.
De hecho, la narración de “El último Rey” comienza en 1998 con el secuestro de Vicente Jr.:“Ocurrió en una época muy negra para México, porque era una época en donde secuestraban hasta la agente humilde; bandas de secuestradores asolaban a todo México, era el sexenio de Ernesto Zedillo”, donde figuraban escalofriantes personajes como “El mocha orejas” y “Los mocha dedos”.
Olga refrenda que el poder sobre las masas existe, “que en los políticos, el poder de las masas lo tienen muy poquitos que son bendecidos de poder tener esa posibilidad de poder mover los sentimientos. Y claro que en el caso de Vicente Fernández, al ídolo se le perdonaba todo. (Los ídolos como él) son casi intocables y donde uno pueda contar algo que no sea del agrado de los fanáticos, estos son capaces de atropellarte, no quieren enterarse, no quieren saber, pero el deber de un periodista es contar cuál fue la historia real”.
Los hijos de “El Charro de Huentitán”
Resalta Olga que eligió contar la vida de Fernández a partir del suceso del secuestro de su hijo Vicente Jr. porque este fue uno de los eventos que más trastocaron su vida, además que también como escritora sabe que tiene que enganchar al lector a partir de las primera líneas, y en este caso daba la pauta para interesar a la audiencia en la lectura.
“Lo que más llevó a Vicente al filo del abismo, de querer morirse, fue el secuestro de Vicente Jr., él y su hijo Gerardo fueron los que llevaron adelante la negociación. Incluso, lo dijo en muchas entrevistas, él creyó que a ese hijo jamás lo iba a volver a ver. Entonces, tuve que reconstruir el secuestro, que nunca se había contado de esta manera, hay detalles que nunca se contaron, como la relación de Vicente Jr. con sus secuestradores, con los cuales incluso estableció amistad”.
Confiesa Olga que Vicente Jr. sostuvo un compromiso con sus secuestradores, en caso de que llegara la policía, pues uno de ellos le dijo que le daría la pistola para que lo matara porque no quería ir preso, “y él se comprometió a que lo haría, porque fueron 121 días (de interacción). Y contar todo eso fue un trabajo enorme, accedí a documentos ministeriales, hablé con jueces, policías de aquellos años y expertos en criminalística, porque también tuve que reconstruir el perfil de los secuestradores, que era una banda como de 100 integrantes”.
Aunque se podría pensar que la relación familiar de Vicente es óptima, es tan disfuncional como la de cualquier otra familia; en el libro, destaca Olga que Vicente Jr. y Gerardo no se llevan bien, y que Alejandro por mucho tiempo no se llevó bien con su padre cuando decidió cantar pop y “Chente” sólo quería que interpretara rancheras.
“Eso sí me sorprendió, porque yo sí creí de verdad que la dinastía Fernández como tal, y como ellos se presentan, todos juntos, eran como una representación de la familia ‘Ingalls’ (’La pequeña casa en la pradera’). Y de repente, cuando comencé a acceder a fuentes familiares y de amistades muy cercanas, músicos y demás, era una cosa permanente, no es lo que ves, ahí adentro hay un incendio, la familia pende de un hilo. Él único que unía a todos era Vicente Fernández”.
Resalta que Vicente hizo un reparto de su herencia justamente para evitar desavenencias. “Hace unos cuatro o cinco años, más o menos, cuando él se retira de los escenarios, reparte la herencia a cada uno de sus hijos, a los cuatro, y también le da algo a los nietos. Yo no sé de cuánto es la fortuna de Vicente, pero es incalculable”. Pero reitera que justamente hizo un reparto porque Vicente odiaba el dinero y no quería que sus hijos se pelearan por él, “y lo odió más todavía a partir del secuestro de Vicente Jr.”, porque se sentía culpable de lo que pasó por causa de su dinero.
Y aunque ya se hizo la repartición de bienes, dice Olga que hay cosas que quedaron en manos de Gerardo, “él maneja todos los negocios de Vicente Fernández”. Porque al día de hoy “Chente” como marca sigue generando dividendos, más todos los negocios que tiene. Así que refiere Olga que esto le ha generado a Gerardo muchos problemas con sus hermanos, aunque no tanto con Alejandro, “porque él hace mucho tiempo que no va al rancho y él tiene su propia fortuna, su propio dinero que se ganó con méritos, es talentoso. Y tomó distancia de esa familia que él considera es bastante tóxica para su vida”.
Sin embargo, confirma que Vicente Jr. sí está preocupado, porque su papá ya le había dado parte de la herencia y se la malgastó: “Lo estafaron, hizo malas inversiones y se quedó sin un peso, no tiene plata, no tiene trabajo, no canta y vive de la plata que le puede dar su hermano Gerardo. Entonces, ahí está el conflicto más grave, que es un conflicto de celos, competencias y odios que viene de hace mucho tiempo”.
La convivencia con el crimen organizado
Refiere también la autora que Gerardo Fernández ha convivido con gente del Cártel de Sinaloa y del Cártel Nueva Generación. “A mí no me resultó extraño encontrarme con eso, porque en realidad, tanto en México como en Colombia donde hay un auge fuerte del narcotráfico, a los cárteles del narco siempre les encantó estar cerca de los artistas populares, estableciendo relaciones de alguna u otra manera”. Y en Jalisco, expresa que además de que el Estado es tierra del mariachi y del tequila, también es tierra de narcos, así que cuando a ella le llegó está información donde se liga a Gerardo con el narco, no le sorprendió, porque también la checó por varias fuentes: “Él tiene vínculos con el Cártel de Sinaloa y con el Cártel Nueva Generación, él mantiene relaciones cordiales con todos y hace negocios con todos, les vende caballos porque los capos tienen ranchos, también van a comer al restaurante (el de Los 3 Potrillos)”.
Relata que hubo un episodio que sí le llamó la atención, que es cuando la DEA y la policía española hicieron una investigación sobre la gira de despedida de Vicente por España, “en donde investigaron el lavado de dinero del Cártel de los Valencia en la gira de Vicente Fernández. Yo accedí a toda la investigación y Gerardo es quien manejó esa gira junto con un colombiano también ligado al narco y al lavado de dinero que se llama José Andrés Barco y quien visitaba mucho el rancho. Ojalá Gerardo dé explicaciones”.
Finaliza Olga al decir que no está preocupada de que se dé algún conflicto legal por este libro, ya que está muy segura de lo que escribió y publicó.