Una historia al límite de la personalidad
La historia de su hermana llevó a la cineasta Olivia Luengas Magaña a filmar “Lejos del sentido”
Una de cada cuatro personas ha padecido, alguna vez, en su vida un trastorno mental. Muchas veces sin saberlo. Cuando se desconoce o se conocen mal la situación se generan prejuicios, estigmas, ideas erróneas sobre las enfermedades o confusión de los padecimientos con otras actitudes.
Olivia Luengas Magaña presentó su ópera prima como documentalista en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. “Lejos del sentido” es la historia de Liliana, su hermana, quien fue diagnosticada con trastorno de límite de personalidad. El proyecto surgió luego de que cerraran dos hospitales psiquiátricos (en la Ciudad de México y en Puebla), donde Liliana era internada cuando tenía crisis: “Eso fue un foco rojo para mí: más tarde, dos años después, cerró el hospital psiquiátrico de Puebla. Sentí la necesidad de hablar al respecto, hacer algo”, comentó.
El documental busca visibilizar éste y los otros tipos de trastornos: “El caso de Liliana es un trastorno que no es visible, al igual que todos, pero es mucho menos visible. Se confunde con otras actitudes que pueden parecer malintencionadas. La idea del documental es hablar sobre el tema, me parece pertinente porque no se habla, hay mucho estigma alrededor. Es un diálogo para reflexionar cómo se deben de atender, qué se está haciendo y sobre todo cómo se puede prevenir”. En las funciones en el FICG, la asociación civil HumanaMente (Voz Pro Salud Mental) ha tenido presencia para dar a conocer sus grupos de apoyo. 'Lejos del sentido' también cuestiona la concepción de la normalidad, con su eslogan “Yo tampoco soy una persona normal”.
Olivia platicó sobre el tiempo previo al diagnóstico de su hermana: “Vivimos muchos años, durante la adolescencia, donde no sabíamos por qué reaccionaba de cierta manera, por qué se ponía muy triste o muy enojada por cosas que no parecían tan graves. Fue hasta que le dieron el diagnóstico, a los 22 años, cuando me informé más al respecto. Fue duro al principio, trataba de evitarlo un poco. Después empecé a leer más al respecto. Poco antes del cierre de los hospitales tuvimos una conversación larga donde le preguntaba cosas más específicas sobre cómo se sentía, qué sentía, qué escuchaba. Allí me hizo más sentido los comportamientos, las reacciones, todas las cosas que malinterpretábamos como un berrinche”.
En la etapa temprana de preproducción, el proyecto tenía otro protagonista y otro director: “Quería poner a dos amigos a dirigir el proyecto, no quería meterme en la dirección. Tengo mucho respeto por ese rol, pero mis amigos me insistieron en que lo hiciera yo, ‘Hazlo tú, tú eres quien tiene que hacer esta historia’. En un principio era sobre un amigo de mi hermana, porque no quería hablar de mí. Al final, hablar de la familia es hablar de mí. Pero todo me llevó al personaje de mi hermana. El de mi amigo se mantiene también. Esa fue la parte más difícil: decidir hacer la historia sobre Liliana y sobre la familia”, remata.
Ganó el Fondo de Tribeca
En cuanto a la realización, “Lejos del sentido” fue un proyecto que empezó sólo con inversión propia: “Es difícil hacer cine en México, más cine documental. Todo lo hicimos con recursos propios al principio. Odín Acosta, el productor, es diseñador de sonido; yo tengo equipo de cámara. Eso nos permitió empezar el proyecto. Poco a poco aplicamos a becas: el Fondo Latinoamericano de Tribeca, dos veces Proyecta y la Fundación UdeG en Estados Unidos. También contamos con el trabajo de muchos amigos”.
Entre sus proyectos a futuro está la realización de un par de cortometrajes, y un largometraje documental en el que fue invitada como coproductora y fotógrafa: se trata de una coproducción México-España sobre el exilio.