Un productor fantástico
Juan de Dios Larraín, ganador del Oscar, fue galardonado con el premio Mayahuel Iberoamericano durante la 34 edición del FICG; en entrevista, charla sobre su trabajo y sus próximos proyectos
Arriesgarse y creer en los proyectos propios ha sido clave para Juan de Dios Larraín, productor chileno que no teme a las nuevas propuestas cinematográficas ni a la mezcla de talentos latinos capaces de reinventar historias, personajes y conceptos en la máxima pantalla de las bellas artes. Su trayectoria lo lleva a ser galardonado con el premio Mayahuel Iberoamericano, durante la 34 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
Entre los planes del también ganador al Oscar por el filme “Una mujer fantástica” (del director Sebastián Lelio) figuran tres largometrajes que nuevamente abrirán las posibilidades de dar paso al talento mexicano, como lo ha hecho desde hace años con actores como Gael García para las cintas de “Neruda” y “No”, por ejemplo.
Juan de Dios Larraín y sus producciones se han caracterizado por romper con los moldes tradicionales e integrar talento internacional a historias que tienen el estandarte y el contexto cultural y político de Chile, como lo ha hecho con el actor español Antonio Banderas en “Los 33: una historia de esperanza”.
A la par de estos nuevos proyectos que comienzan a tomar forma, Larraín avanza con la serie “Presidente”, en coproducción con Amazon; en ésta se plantea la vida de Sergio Jaude, ex dirigente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), y la estafa que se realizó para apoderarse de los derechos del futbol junto a otros directivos latinoamericanos, hecho en el que México también participó.
Además, alista la serie policial “La jauría” con la actriz Daniela Vega (“Una mujer fantástica”), en la que expone los riesgos y trampas de las redes sociales, y cómo son aprovechadas para violentar a las mujeres.
Sin imposibles
Si para un director o actor es complicado encontrar quien dé un voto de confianza a su trabajo, para los productores las oportunidades son más reducidas, pero nunca imposibles si hay determinación en el proyecto que se propone.
“Los productores tienen que estar en un ambiente de riesgo, sino hay riesgo están en un sueño del que no se quieren despertar. Junto con mi productora -Fábula- estamos apostando por contenidos locales, chilenos que funcionan para Chile y, por otro lado, series que sean bilingües, que orgánicamente la historia integre los dos idiomas, que podamos tener talento, locaciones o financiamiento de Estados Unidos, eso nos lleva a tener más audiencia”, detalla el productor en entrevista.
Juan de Dios Larraín señala que la figura del productor es poco valorada y conocida por el espectador final, sin embargo, considera que en Chile, su país natal, el camino ya es más claro y amplio para que los productores debutantes lideren proyectos capaces de lograr un impacto a nivel internacional.
Éxitos más allá de las fronteras
A través de películas como “El club”, “No”, “Jackie” y “Tony Manero”, Juan de Dios Larraín deja en claro que la vocación tiene que ver más con la pasión: encaminar su formación como abogado en la industria cinematográfica es una decisión que ha brindado un prestigio de consideración a la industria del cine chileno.
“Cuando empecé a producir cine, la industria era menos formal a lo que es hoy, se ha ido profesionalizando. Me ha ayudado mucho ser abogado, entendí qué era lo necesario en la estructura legal para poder hacer cualquier proyecto, yo era abogado de la productora. Se ha ido masificando ese conocimiento, en Chile hay dos abogados que se dedican al tema de industria, hace cinco años no había nadie más”.
El productor señala que uno de los panoramas que enfrenta la cinematografía chilena es el lograr que tanto el cine comercial y los filmes considerados de autor puedan compartir las taquillas y devoción del público; además de lograr que el producto chileno, sin importar su género, logre ir más allá de sus fronteras y realmente experimente la difusión sin tener que ser versionada por otro país.
“La comedia en español, por ejemplo, es un género complicado, le pasa que no viaja. México lo hizo con ‘Hazlo como hombre’, hay otras comedias que también se hicieron en Chile y después hubo versión peruana, colombiana y mexicana. Una película que tiene el mismo idioma se tiene que hacer de nuevo con talento local para que pueda funcionar. La comedia es muy limitante, pero los dramas sí viajan a festivales, pero no se ven en sus propios países. La pregunta es cómo hacer películas que logren viajar y sean exitosas en su propio país”, finaliza Larraín.