Un momento para celebrar lo “Geek”
La ciencia ficción, los mundos asombrosos y la ciencia de lo imposible tienen hoy su gran fiesta
Como cada 25 de mayo, hoy martes se celebra el Día del Orgullo Geek, una celebración para ostentar la pasión por los cómics, videojuegos, animes y otros tantos productos de nicho que se han congregado alrededor de la fecha y el nombre.
El origen de este santoral laico se remonta a 2006, cuando en el mundo hispanohablante se convocó a manifestar abiertamente estos tipos de fanatismo (propiamente, en el castellano de la península ibérica se utiliza la variante de “friki”, que también puede pronunciarse solo como “frik”). La fecha se escogió para honrar a una de las producciones cinematográficas que más geeks ha convertido: “La guerra de las galaxias” (“Star Wars”). Fue en 1977 cuando se estrenó la primera entrega de la saga, que desde finales de los noventa conocemos como el “Episodio IV”.
La conmemoración coincide con otra efeméride que ronda la frontera de lo geek, el Día de la Toalla.
Esta otra fecha significativa se origina por el libro de ciencia ficción “La guía del autoestopista galáctico”, del autor estadounidense Douglas Adams. El escritor falleció el 11 de mayo de 2001: dos semanas después los lectores de su obra tuvieron la iniciativa de instaurar un día en el año para llevar una toalla durante toda la jornada, pues la novela propone llevar dicho accesorio como requisito para todo autoestopista galáctico.
La raíz de lo asombroso
Pero, ¿qué significa geek y friki? Etimológicamente ambos vocablos son anglicismos. Por una parte geek refiere a quienes se entusiasman sobremanera con cosas que están fuera del radar de la gente común (antaño, en muchas ocasiones, sobre la tecnología). Hace un siglo, “geek” se utilizaba en el idioma de Shakespeare para hablar de los fenómenos de los circos, también conocidos como freaks. Precisamente, friki es una adaptación hispana de “freak”, palabra que en sus viejas definiciones en inglés también evoca conceptos como la rareza, la locura o el espanto.
En un comienzo, tanto geek como friki fueron utilizados de manera peyorativa, aunque con el paso de los años los propios miembros de este subgrupo social adoptaron el nombre como propio (un fenómeno que sucede con frecuencia, como le pasó a los pintores impresionistas o a las propias Chivas, el equipo tapatío de futbol). Hoy en día, en español podemos utilizar geek o freak para expresar que alguien es un clavado en cierto tema en particular, no solo en los animes, La guerra de las galaxias, los videojuegos o los cómics.
El tipo de geekismo que se celebra cada 25 de mayo está previsto en el Manifiesto Geek, mismo que fue dado a conocer en Madrid el primer año de la festividad. Entre sus características está la cualidad de coleccionistas, una constante entre quienes se clavan en un tema: “Hacer todo lo posible para exponer el material friki como si fuera un Museo del Frikismo”, se lee en la lista donde colocan actividades básicas de un geek. Igualmente, se aclara que no hay que ser “friki de todo. Hay que estar especializado en algo”. En ese tema del coleccionismo se hace un llamado a ser un recolector de hueso colorado: “No desprenderse de nada nunca relativo al mundo friki, aunque sea un envoltorio arrugado”. A manera de broma, el manifiesto retoma algunos clichés que no siempre son ciertos sobre quienes practican el frikismo: la soledad amorosa, sobrepeso, ceguera parcial o detestar los deportes”.
Sagas que alimentan lo friki
Además de la ya mencionada saga de “La guerra de las galaxias”, otras cosas que han convocado geeks a su alrededor son las franquicias de superhéroes (que van desde el libro hasta la película, junto a los muñecos y accesorios coleccionables), series (“The Big Bang Theory” es un homenaje al geekismo), o libros como “El señor de los anillos”. La trilogía de JRR Tolkien presenta una curiosidad, pues tiene un grado de dificultad mayor al requerir opcionalmente el aprendizaje de un idioma ficticio (con toda una familia, las lenguas élficas). La serie de ciencia ficción “Star Trek” (otra cuna de geeks) también cuenta con su propia lengua, el klingon.
La invención de un idioma propio para ciertas sagas (con diferentes grados de profundidad y expresión) ha sido una fascinación entre los creadores, en una suerte de reto para los seguidores (y que también genera un código casi secreto entre los conocedores).
En diferentes ciudades de México han proliferado las llamadas friki plazas, con distintas capacidades. Estos lugares se proponen como un punto de encuentro para el intercambio y venta de material relacionado con los diferentes nichos de frikismo, en muchas ocasiones bastante difíciles de conseguir (como algunas ediciones de animes importados, por ejemplo).
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