The Cranberries ofrece ‘‘show’’ en el Telmex
Los integrantes del conjunto irlandés cumplieron su cita con los tapatíos, en una noche marcada por los recuerdos
Los recuerdos son una potente arma para muchas bandas, en especial aquellas que apelan a sus grandes éxitos del pasado para conquistar a su público. The Cranberries son uno de los mejores ejemplos, pues aunque su producción en los últimos tiempos se reduce a discos de éxitos e incluso una prolongada separación, eso no impidió a sus integrantes abarrotar el Auditorio Telmex con añejos fanáticos, que durante años no perdieron la esperanza de ver a la banda irlandesa y soñar con que algún día se presentaría sobre un escenario tapatío. Y ese día finalmente llegó.
Aunque la época reciente ha sido poco productiva a nivel lírico para la agrupación europea, eso no les ha restado ninguna cualidad escénica. En especial a Dolores O’Riordan, la vocalista y principal fuente de energía del conjunto, que ayer por la noche demostró que siguen tocando como en sus mejores tiempos. Ése es el poder de la nostalgia.
Ángel rebelde
La voz de O’Riordan transportó de inmediato a los fanáticos de la banda a la década de los años noventa, cuando The Cranberries dominaba el panorama del pop rock internacional. El violento guitarreo y furiosa batería del grupo eran el acompañamiento perfecto para canciones como Animal, Linger y Ordinary Day, temas donde las dudas existenciales adolescentes, románticas y nostálgicas son el elemento constante.
El público fue heterogéneo en su distribución entre hombres y mujeres, aunque dominó la presencia de veinteañeros, quienes miraron asombrados la forma en que Dolores O’Riordan se desenvolvió sobre el escenario. La vocalista bailó, brincó, aplaudió y con un español “champurrado” agradeció a los asistentes: “Hola Guadalajara, muchas gracias por estar aquí. Ayer estábamos en Atlanta, Georgia (en Estados Unidos) y estaba nevando. Así que disfrutamos mucho venir a un lugar con un clima y gente tan hermosa”.
La cantante elaboró una pequeña introducción en forma de anécdota para cada uno de los tema y en la mayoría de los casos utilizó breves experiencias cotidianas e incluso familiares, aunque no se le olvidó hacer referencia a l tiempo que ya tiene la banda sobre el escenario, pues se formó en 1989.
Entrega al máximo
Haciendo gala de una puntualidad extraordinaria, el concierto dio arranque exactamente a las 21:00 horas y a lo largo de una hora y 40 minutos, The Cranberries echaron mano de sus mayores éxitos, para regodeo de sus fanáticos, que corearon cada uno de los temas y ocurrencias del grupo. Ode to my family, Zombie y finalmente Dreams, en el encore, serían los temas más celebrados de la noche, una donde el grupo irlandés demostró a pulso que todavía son uno de los favoritos de los tapatíos.
Desatan pasiones
Los artículos de la banda irlandesa se convirtieron en el objeto del deseo de sus fanáticos, especialmente las camisetas oficiales, aunque hubo opciones para todos, eso sí, nada baratas. La bolsa conmemorativa por 230 pesos, tres botones por 40 pesos y una llave de metal por 70 pesos. Y es que ser fan siempre cuesta.
Los detalles
. El público, que se entregó de principio a fin y convirtió el recinto en un mar de celulares.
. La voz de Dolores O’Riordan, que alcanzó, como en sus mejores tiempos, todas las notas. Su buen desempeño se reflejó en su actuación sobre el escenario, incluso se dio el lujo de cantar un tema completamente acostada.
. El escenario pobre y poco adornado. Sin pantallas de leds ni un elemento destacado, la banda se conformó con un discreto juego de luces.