Silvia Pinal, entre el rechazo de un padre y el amor de otro
Antes de alcanzar la fama, Silvia tuvo una infancia marcada por desafíos, entre ellos el rechazo de su padre biológico
La reconocida actriz Silvia Pinal falleció este jueves 28 de noviembre, dejando tras de sí una de las carreras más destacadas en la historia del entretenimiento mexicano. Su trayectoria brilló por igual en el cine, el teatro y la televisión, marcando un legado inigualable.
Antes de alcanzar la fama, Silvia tuvo una infancia marcada por desafíos, entre ellos el rechazo de su padre biológico, aunque también encontró el amor incondicional en otro hombre que asumió el papel de padre y le brindó todo su cariño.
Una infancia complicada
Silvia Pinal Hidalgo nació el 12 de septiembre de 1931 en Guaymas, Sonora. Su madre, María Luisa Hidalgo Aguilar, conoció a Moisés Pasquel, un director de orquesta destacado en la XEW. Sin saber que él estaba casado, comenzaron una relación que resultó en el embarazo de María Luisa a los 15 años. A pesar del escándalo que esto provocó, especialmente en una familia religiosa y conservadora, decidió criar a su hija sola, enfrentando los prejuicios de la época.
A los 16 años, María Luisa dejó los estudios y comenzó a trabajar en una marisquería, donde Silvia pasó sus primeros años de vida. Más tarde, María Luisa se unió a la compañía de danza de Eva Pérez Caro, donde también cantaba, despertando en Silvia el gusto y el talento para el mundo del espectáculo.
El cariño de un padre adoptivo
Cuando Silvia tenía alrededor de cinco años, su madre conoció al coronel Luis G. Pinal, un exmilitar del ejército de Plutarco Elías Calles, además de contador, político y periodista. La pareja se casó, y Luis adoptó a Silvia, dándole su apellido. En su autobiografía Esta soy yo (Porrúa, 2015), Silvia describe al coronel como un verdadero padre: "Me dio su tiempo, su amor; al final me crio como un auténtico padre".
El coronel, militante priísta, fue presidente municipal de Tequisquiapan, Querétaro, y ocupó diversos cargos que llevaron a la familia a mudarse con frecuencia. Aunque el matrimonio no tuvo más hijos, Silvia tuvo medio hermanos mayores por parte de su padre biológico.
El reencuentro con su padre biológico
A los 11 años, Silvia conoció a su padre biológico gracias a una tía que la llevó engañada a la XEW. Durante semanas, recibió costosos regalos hasta que Moisés Pasquel se presentó en la casa de su madre. Fue entonces cuando, en medio de una discusión, Silvia descubrió la identidad de su verdadero padre.
La primera gran desilusión
Tras días de llanto, el coronel Pinal le aseguró: "Yo soy tu papá... Tú eres mi hija y nadie puede quitarme mi lugar". Aunque Silvia decidió frecuentar a Pasquel, la admiración que sentía por él se transformó en decepción. Un día, Moisés le prohibió decir que era su padre para evitar problemas con su familia. Silvia describió este episodio como su primera gran desilusión: "Su actitud me dolió y me rompió el corazón... el hombre que más admiraba me negó".
Valorando el apoyo incondicional
Después de este episodio, Silvia se distanció de Pasquel y fortaleció su vínculo con el coronel Pinal, quien siempre la apoyó, como cuando le recomendó comprar terrenos en El Pedregal, una zona que años después se convertiría en una de las más exclusivas del país.
Con el tiempo, Moisés Pasquel intentó reconciliarse con Silvia. Aunque ella lo llamó "papá" el día de su muerte, nunca mantuvo relación con su familia paterna. Silvia aprendió lo que significa tener dos padres: uno por sangre y otro por elección.
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MF