"The Dark Side of The Moon", a 50 años del álbum que lo cambió todo
"The Dark Side of The Moon" fue un disco que revolucionó la música contemporánea, y que lanzó a Pink Floyd a la fama mundial. Esta es la historia del álbum icónico
El primero de marzo de 1973, el grupo británico Pink Floyd lanzó al mercado su séptimo álbum de estudio, al que habían bautizado, con un nombre casi profético, como "The Dark Side of The Moon" (El lado oscuro de la luna). Roger Waters, David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason habían dejado el corazón y su inspiración más grande en aquellas canciones, pero no sospecharon nunca que acababan de concebir uno de los materiales decisivos en la historia de la música.
Hasta entonces, Pink Floyd había sido más bien una banda "underground", caracterizada por su psicodelia inicial a finales de los 60, cuando estuvieron liderados por el errático Syd Barrett, y luego por una experimentación en toda regla que hacía parecer que con cada nuevo disco, eran una nueva banda. Esta reinvención constante con la que sortearon los altibajos de la música a lo largo de casi siete años, si bien les hizo crear piezas únicas, también les impedía establecer un rumbo definido o concreto en cuanto a su creatividad.
La génesis del "Dark Side"
Para principios de 1970, la banda se encontraba ante la incertidumbre de un nuevo mundo. La psicodelia había perecido en su primavera fugaz, los mensajes de amor y paz habían sido consumidos por la posmodernidad, y Syd Barret, el primer líder de la banda, se moría cada día en la soledad de su locura, cuya larga sombra había de dejar un lastre imborrable en la memoria de Pink Floyd. Roger Waters se vio abrumado por las inquietudes filosóficas, el sinsentido de la vida, el funcionamiento de las sociedades, y por primera vez en su carrera como compositor, plasmó todo aquello que lo abrumaba en las letras de sus canciones.
Fue un cambio drástico en la lógica de Pink Floyd, pues si bien sus composiciones siempre se esforzaban por alcanzar un sentido artístico y estético, la realidad era que más bien las letras eran un mero acompañamiento en sus complejos pasajes musicales, y sus versos más existenciales y profundos hasta entonces se encontraban en la pieza "Echoes". Sus primeras canciones abordaban viajes espaciales, reminiscencias infantiles, y extensos momentos de improvisación y experimentación con los sonidos. Pasaban de la psicodelia al rock progresivo, de la música folk a arreglos orquestales, grabaron soundtracks para películas underground, y crearon collages sonoros donde mezclaban desde trinos de pájaros, hasta la rutina matutina de un hombre que prepara el desayuno.
Las nuevas canciones de Roger Waters fueron recibidas con todo el entusiasmo, la creatividad y la madurez de la banda, de modo que esto les permitió expandir todo lo que tenían a límites insospechados. En The Dark Side of the Moon, Pink Floyd abordó el vacío que vivían las sociedades de su tiempo; el triunfo del capitalismo moderno, el dolor del transcurso del tiempo, el mercantilismo que negaba el sentido de la vida, el miedo a la muerte, la imposibilidad de compartirnos como seres humanos, la soledad y la locura.
Desde su lanzamiento, The Dark Side of the Moon conmocionó el panorama musical. Toda su concepción fue innovadora para los mismos integrantes de la banda, pues les permitió una experimentación que antes no habían tenido. Utilizaron sintetizadores, grabaron entrevistas en las que hicieron cuestionamientos sobre el sentido de la vida y lo agregaron entre los pasajes musicales, añadieron coros femeninos, el palpitar de un corazón, el tañido de los relojes, el terror de un avión despegando. Su misma portada era una innovación de diseño: un prisma descomponiendo los colores de la luz. Se volvió un éxito inmediato en la lista de ventas, destacando entre los más vendidos a lo largo de 741 semanas, y esto ocasionó que Pink Floyd pasara de ser una simple agrupación underground a una banda de reconocimiento internacional.
Las letras del Dark Side; una reflexión sobre el vacío de la vida
The Dark Side of the Moon recorre muchos de los dolores de la vida diaria, de las sociedades de nuestro tiempo, y a pesar de haber sido publicada hace más de 50 años, sigue tan vigente como entonces. El álbum abre con el latir del corazón, la vida, el panorama que tenemos de frente; "todo lo que tocas y todo lo que miras es todo lo que tu vida siempre será". Pasa después el caos de sintetizadores de un avión despegando, en una reflexión prematura del miedo a la muerte, para aterrizar en el clásico de "Time", una reflexión sobre el tiempo, cómo no nos pertenece, cómo se nos va la vida sin vivirla: "y corres y corres para alcanzar el sol, pero se está hundiendo (...) para salir detrás de ti otra vez".
La desolación encuentra un remanso repentino en "el gran concierto en el cielo", una pieza instrumental en la que la voz es el elemento más destacado, reconocible, y que trascendió a la cultura misma. Una reflexión, otra vez, sobre la muerte, pero esta vez sin fatalismo, sino más bien como una comunión, algo que forma parte de la vida. Cuando la música reposa, un fragmento de entrevista recita: "¿Por qué debería tener miedo de morir?, no hay razón para ello, tienes que irte en algún momento." Aquella paz momentánea se termina muy pronto para dar lugar a lo que es quizás el sencillo más recordado del álbum, "Money", una crítica al mercantilismo, a las sociedades capitalistas: "el dinero, dicen, es la raíz de todo el mal de hoy", y que, paradójicamente, se tradujo en ganancias multimillonarias para Pink Floyd.
Los últimos pasajes del disco descienden a la melancolía. En "Us and Them", se explora las razones inexplicables que nos separan los unos a los otros como seres humanos: "nosotros y ellos, y después de todo, no somos más que hombres ordinarios". Llega después el último rayo de esperanza con "Any Colour you Like", la oportunidad de eligir y decidir, y entonces inicia el lado oscuro de la luna con una de las canciones más profundas de Pink Floyd, la cual aborda las enfermedades mentales. "Brain Damage" (daño cerebral), considerada una de las composiciones más maduras, conmovedoras y celebradas con frases como: "hay alguien en mi cabeza, pero no soy yo", "gritas y nadie parece oírte"; "te veré en el lado oscuro de la luna".
Finalmente, llega el eclipse, el término de la vida, todo lo que hicimos, todo lo que comimos, todos por quienes luchamos, todos a quienes amamos y despreciamos, todo lo que creamos, todo lo que está ahora, todo lo que se fue y todo lo que será, y todo lo que está bajo el sol está en sintonía, pero el sol es eclipsado por la luna: "No hay un lado oscuro de la luna... en realidad, todo está oscuro". El álbum finaliza con el palpitar de un corazón: todo es un ciclo. La oscuridad no es eterna: da paso a una nueva vida.
La música contemporánea jamás volvería a ser la misma.
FS