Max Von Sydow, el hombre que domó al miedo
El actor que jugó ajedrez con la Muerte en “El séptimo sello” fallece a los 90 años
Inmortalizado durante una partida de ajedrez contra la Muerte en “El séptimo sello” de Ingmar Bergman, Max von Sydow, fallecido a los 90 años, trabajó con grandes directores de Hollywood y recientemente en la serie “Juego de tronos”.
Con su silueta delgada de casi dos metros, ojos azules y voz ronca, VonSydow estuvo presente en la gran pantalla, entre 1949 y 2018.
En Hollywood, Von Sydow interpretó especialmente al cura de “El exorcista” en 1973 y fue elegido por Steven Spielberg y Martin Scorsese para sendos taquillazos “Minority Report” (2002) y “Shutter Island” (2010), junto a respectivamente Tom Cruise y Leonardo DiCaprio.
En 2015, participó de nuevo en una gran producción, “El despertar de la fuerza”, séptimo episodio de “La guerra de las galaxias”. Más recientemente, encarnó al Cuervo de tres ojos en la exitosa serie “Juego de tronos”.
Leyenda, es verdad, sin embargo, los grandes premios se le escaparon. Fue nominado dos veces a los Oscar por su papel en “Pelle el conquistador” (1987) y “Tan fuerte tan cerca” (2011).
¿Cómo explicar esta falta de reconocimiento? “A los actores que gozan de cierto éxito, siempre se les ofrece el mismo tipo de papeles, yo he sido víctima de ello”, declaró el actor al diario sueco Aftonbladet en 2011.
Una vida entregada al arte
VonSydow nació el 10 de abril de 1929 en Lund, en el Sur de Suecia, hijo de CarlWilhelm, profesor de etnología, y de Greta, profesora. Tras la secundaria, se inscribió en la Escuela Real de Arte Dramático de Estocolmo.
El director sueco Ingmar Bergman se fijó en él en los años 1950 y lo contrató para interpretar papeles principales en el Teatro de Malmo (al Sur de ese país), como en “Peer Gynt”, “El misántropo” y “Fausto”.
En 1957, Von Sydow encarnó al Caballero en “El séptimo sello”. Participó en una docena de otros filmes de Bergman, entre ellos “Las fresas salvajes”, “El rostro” y “La carcoma”.
Tres años más tarde, VonSydow regresó al Teatro Real de Estocolmo, cuya compañía integró hasta 1972.
Para entonces, su carrera en Hollywood ya estaba asentada: encarnó a Jesús en “La historia más grande jamás contada” (1965) junto a Charlton Heston y actuó en “Hawaii” (1966), con Julie Andrews. En 1986, Woody Allen contó con él para “Hannah y sus hermanas”. Aquellas películas le otorgarían una fama indeleble entre el público norteamericano.
JohnHuston, SydneyPollack, BertrandTavernier, David Lynch, AndreiKonchalovsky, WimWenders y RidleyScott también lo incluyeron en sus repartos, inclusive en películas menos densas y más enfocadas a ser taquillazos, como “Flash Gordon” (1980) y “Conan, el bárbaro” (1982).
Eso sí, su carrera no se dirigía por la seducción del dinero. Rechazó el papel del siniestro “Dr. No” en la película de “James Bond”, aunque luego dio su brazo a torcer para el “007” al ser el villano amante de los gatos, “Ernst Blofeld” en “Nunca digas jamás”, de 1983.
Su última voluntad
En 1997, Von Sydow, padre de dos hijos varones de un primer matrimonio con la actriz sueca Christina Olin, se casó en segundas nupcias con la directora francesa de documentales Catherine Brelet.
“Quiero vivir en Francia. Quiero morir en Francia”, afirmaba el actor, que obtuvo la nacionalidad gala en 2002 y fue distinguido como Caballero de la Legión de Honor en 2011 por el gobierno.
Su esposa anunció ayer su deceso: “Con el corazón roto y una infinita tristeza (...) anunciamos la muerte de Max von Sydow, el 8 de marzo de 2020”.
En sus propias frases:
• “Lo que yo busco como actor es una variedad de papeles. Es muy aburrido estar atrapado en más o menos un tipo de personaje”.
• “Estoy muy agradecido de la educación que tuve en Suecia, porque para aprender a ser actor uno debe trabajar, trabajar y trabajar”.
• “Creo que por muchos años usé mi profesión como un tipo de terapia psicológica”.
JL