Laia Manzanares, de frente a la “Alegría” y libertad femenina
La actriz llega al FICG para presentar el filme con el cual compite al Mejor Largometraje Iberoamericano de Ficción
La apertura del gremio cinematográfico a historias que reflejen las realidades que viven las mujeres es algo de lo que no solo disfruta Laia Manzanares Tomàs, actriz española, quien en su primer acercamiento con México a través del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), celebra formar parte de producciones que buscan cambiar la figura de la mujer en la pantalla.
De cara al estreno del filme “Alegría”, en competencia en el FICG en la categoría de Mejor Largometraje Iberoamericano de Ficción, Laia Manzanares, reconocida por su papel en la popular serie de Netflix, “Merlí”, resalta la oportunidad de abrir su trayectoria fuera de Europa, de la mano de la debutante directora Violeta Salama, quien con esta ópera prima también convocó a la mexicana Cecilia Suárez para protagonizar una trama donde la tolerancia, el diálogo hacia la tradición y formas de pensar, así como la autoexploración y el descubrimiento personal son los pilares para entrelazar la vida de cuatro mujeres.
“Violeta Salama llevaba siete años trabajando en el guion y coincidimos en un rodaje, me llamó, me dijo que me veía para un personaje, ella iba viendo a las personas y decidiendo más por energía, fue un flechazo, creo que con todo el elenco fue así, de una intuición”, recuerda en entrevista para EL INFORMADOR Laia Manzanares, al compartir el compromiso que implica el recibir un personaje hecho a la medida sin un casting de por medio.
“Piensas si estás a la altura, porque no hiciste una prueba, pero también lo que me gusta es que no sientes que estás haciendo una prueba tratando de gustar, simplemente encajas, es un regalo caído del cielo”, detalla Laia al revelar cómo su personaje “Yael”, sobrina de “Alegría” (Cecilia Suárez), pondrá de cabeza la rutina de su tía tras el anuncio de una boda, desatando un replanteamiento sobre la identidad de “Alegría” y los conflictos sobre sus raíces judías.
“La historia habla sobre las raíces, las relaciones familiares. Son cuatro chicas que coinciden en Melilla, cada una con una cultura y religión distinta, aparentemente todas son muy distintas, pero se dan cuenta que en el fondo tienen los mismos miedos y dudas, es un viaje para llegar a estar en paz contigo misma desde una experiencia colectiva de sanación”.
Quiere más voces
Fascinada por la inmediatez e impacto global que las plataformas digitales permiten para llevar el arte a nuevas audiencias alternando con las salas tradicionales de cine, Laia Manzanares -originaria de Barcelona- hace hincapié en la diversificación que las nuevas dinámicas de consumo y creación tienen para dar paso a historias certeras sobre la identidad femenina: “Me da la sensación de que las mujeres dentro del cine, de las artes, la cultura y el mundo, siempre han estado subyugadas al papel del hombre, no desde la frase ‘detrás de un hombre hay una gran mujer’, sino que el mundo se está dando cuenta de que las mujeres somos personas independientes, que no solo estamos para reafirmar tramas masculinas, que tenemos nuestra propia trama, es un poco lo que está sucediendo y eso pasa en ‘Alegría’, la historia gira sobre ellas”.
Laia Manzanares, quien también ha forjado carrera en proyectos como “La tierra llamando a Ana” y “Los favoritos de Midas”, expresa su deseo por compartir proyectos con producciones comandadas por mujeres que no teman a la experimentación en la narrativa ni a los errores y aprendizajes que surjan sobre el camino.
“Me gustaría ver películas de ‘malas’ directoras mujeres, porque algo que está pasando al entrar muchas mujeres a espacios que antes estaban enfocados a los hombres, es que se usa mucho la excusa de que no es que no se abra espacios a mujeres, sino que se trata de personas con talento, pero llevamos años ‘comiendo’ porquerías que han hecho los hombres y han tenido sus espacio y lugar, pero ahora quiero espacios para que las mujeres también lo hagan, sí que hay genias, pero también ver a mujeres que se están equivocando, que están probando, que por primera vez tienen esa oportunidad de enseñar sus primeros proyectos, ver ese camino de aprendizaje”, finaliza.