La vida después del Oscar...
Celebrar al ritmo de Juan Gabriel y una mayor audiencia, dos estampas que deja la entrega número 91 de la estatuilla
Luego de la tensión de la premiación viene la fiesta, y como buenos mexicanos, todo el elenco de “Roma” festejó en grande las tres estatuillas doradas que se llevó a casa Alfonso Cuarón. Y es que como manda la tradición, tras la premiación de los Oscar a lo mejor del cine mundial, llega la fiesta de VanityFair, que esa revista ofrece para todas las estrellas y ahí ya es otra cosa, porque actores, actrices, directores y productores se “sueltan el chongo” para ponerse a bailar y cantar.
Así que mientras unos hacían vida social con sus compañeros, lo mexicanos en la pista bailaban y cantaban a ritmo de Juan Gabriel con “No tengo dinero”.
En el video que subió el director y guionista nominado al Oscar, Barry Jenkins, quedó admirado por el ambiente que los mexicanos armaron.
En la celebración más esperada de la noche, donde también se realiza alfombra roja y pasarela de los nominados, pero ya con otros vestidos y trajes, estuvieron personalidades como Selma Blair, Jennifer Lopez, Lady Gaga con todo y su Oscar, Chloe Grace Moretz, Glenn Close, Elton Johnn, Zoe Kravitz, Alessandra Ambrosio y por supuesto Alfonso Cuarón, Marina de Tavira, Yalitza Aparicio, Diego Luna y Guillermo del Toro, entre otros.
Eso sí, mucha fiesta y baile, pero hubo quien salió “raspado” de la velada, como le pasó a Latin Lover.
Y es que acudir a la gala de los Oscar no siempre es con invitación. Hay algunos que tienen que pagar su boleto de entrada para estar en una de las noches más importantes en el cine mundial y no es barato. LatinLover reveló en su cuenta de Instagram que el costo para acceder a la ceremonia fue de 2 mil 250 dólares (más o menos, $43 mil 134 pesos).
Aumenta la audiencia
La edición 91 de los Oscar fue seguida en vivo por 29.7 millones de espectadores de media en Estados Unidos, un incremento del 12 % respecto a la gala del año pasado, según las cifras preliminares divulgadas ayer por la consultora Nielsen.
La audiencia de la ceremonia del año pasado fue la peor de la historia con una media de 26.5 millones de espectadores.
La gala del domingo, que no contó con maestro de ceremonias, duró tres horas y 13 minutos, esto es, 41 minutos menos que la del año pasado.