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“La corrección política nunca ha sido mi interés”: Manolo Caro

El director tapatío trabaja en lo que será su tercer proyecto para Netflix; hoy contará su vida en la nueva temporada de “TAP”, por el Canal Once  

La trayectoria del tapatío Manolo Caro ha sido constante, y antes de debutar en la pantalla grande como director del filme “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas”, su historia audiovisual comenzó a gestarse con cortometrajes que daban indicios de su estilo enfocado a las tragicomedias, pero sobre todo siempre apostando por la libertad creativa con temáticas, personajes y escenarios que dialogan sobre los cambios sociales y culturales de la identidad mexicana.

Hoy, 31 de octubre, a las 20:00 horas en Canal Once, Manolo Caro estará como invitado en la novena temporada de “TAP, taller de actores profesionales”, episodio en el que el tapatío contará a Óscar Uriel su historia, proyectos e inquietudes en la industria audiovisual, de cómo encontró su lugar en el cine mexicano y cómo ha marcado tendencia a través de las plataformas digitales como Netflix en el formato de serie, escenarios que le han permitido una proyección internacional cada vez más creciente con proyectos como “La casa de las flores”.

“Es un programa que me encanta, que he seguido, he encontrado muchas respuestas de la profesión en manos de gente a la que admiro y que ahora me toca a mí revisitar un poco lo que han sido estos 10 años de carrera, me emociona hacerlo junto a Óscar con una entrevista muy íntima”.

Con su última serie, “Alguien tiene que morir”, Manolo celebra el impacto que logró más allá de las fronteras mexicanas al formar parte de las 10 producciones más vistas en su semana de estreno en 37 países, siendo su producción la número cuatro a nivel mundial.

En los últimos meses, la industria audiovisual ha puesto sobre la mesa intercambio de opiniones hacia cómo las decisiones políticas y económicas impactan en la creación, la libertad de expresión, apoyos financieros y el juego que México tiene ante los contenidos y tendencias narrativas, y Manolo Caro habla sobre ello.

—¿Qué te preocupa de la extinción de los fideicomisos federales de Fidecine y Foprocine del Instituto Mexicano de Cinematografía?

—MC: “Lo veo alarmante y preocupante el pensar en que se puede extinguir una industria que ha dado tan buenos resultados a México, porque mucha gente dice que se hacen tonterías o comedias baratas, pero si vieran los números y entienden que ha sido redituable, que el cine mexicano le ha dado mucho prestigio a México en los festivales, éxitos taquilleros, que genera muchos trabajos, el retorno de inversión es positivo. Creo que hay que pelearlo y dialogarlo con nuestros gobernantes y pedirles que rectifiquen porque es una industria que no debemos dejar morir, es una industria con buena salud”.

—Hay propuestas para mejorar los incentivos fiscales para producciones mexicanas y extranjeras que filmen en México, en tu experiencia ¿qué mejorarías consideras prioritarias para atraer a más proyectos al país?

—MC: “Creo que si existen incentivos con el país que tenemos, las locaciones y el equipo técnico que hay en México más allá del creativo, imagínate la cantidad de dinero que esto podría arrojar. El cine y nuestro país siempre han estado de la mano de grandes producciones y grandes inversiones, y creo que tener buenos incentivos eso terminaría de solidificar estos proyectos”.

—¿Considerarías involúcrate en la política? ¿Cuáles serían tus propuestas de cambio o temas prioritarios?

—MC: “No me veo en ese mundo (risas), creo que en lo que hago hay muchísimas formas y posibilidades de alzar la voz, de poner tu granito de arena y creo que eso para mí es lo más importante en este momento. (Apostaría) por la educación en este país, más allá de mi profesión, mientras estemos educados y se le apueste a eso, dejaremos de tener tantos problemas”.

—Cada vez hay escrutinios públicos más constantes e incluso severos hacia los contenidos artísticos y de entretenimiento ¿Cómo impacta esto ante las decisiones que como creador se toman para impulsar un proyecto y/o abordar temáticas y personajes?

—MC: “Podría decir que tomo y adopto lo que me beneficia a mí como creativo, pero la corrección política nunca ha sido mi interés y no nunca lo va a ser, porque la corrección política termina enfermando a la creatividad y obviamente hay muchas cosas importantes que platicar y darles visibilidad. Yo no estoy dispuesto a perder mi voz por intentar agradarle a más público”.

—¿Qué tanto regresas a tus trabajos anteriores para encontrar nuevas lecturas de tus procesos creativos y narrativos?

—MC: “¡Ay, no! (risas), porque (son trabajos) ya están hechos. Así como uno cambia de piel y mudas, cambias de gustos hasta en la comida, a mí de joven me gustaba el vodka y ahora me gusta el mezcal. Creo que lo que vamos haciendo va quedando en el pasado y te recuerda un momento increíble, pero no lo revisito, porque me interesa ver más allá y pensar en el futuro. No he vuelto a ver mi primera película ni mucho menos”.

—¿Qué te inquieta y emociona de la industria audiovisual ante la nueva normalidad que impone la pandemia?

—MC: “Creo que hay que reinventarnos, volver a entender cómo vamos a trabajar. Yo estoy justo a punto de empezar a filmar con esta pandemia, es darme cuenta que la tenemos que afrontar de manera diferente, que las cosas han cambiado, la vida trata de adaptarse. Lo único que puedo comentar es que es para Netflix, tengo un contrato de exclusividad, y estaremos pronto anunciándolo”. 

El proyecto que presentará el director para el 2021 lo está preparando desde España, donde radica actualmente, y en el que incluirá talento mexicano.
 

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