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La batalla burocrática de Isaac Hernández

El bailarín ganador del Benois de Danza afirma que el cambio en procesos para adquirir fondos ha dejado fuera proyectos como Despertares 

Isaac Hernández se encuentra en una semana ajetreada. Tiene una reunión tras otra y mucho trabajo antes de lo que será la última edición de un proyecto al que le ha entregado el corazón, como lo es la Gala Despertares, el 20 de julio en el Auditorio Telmex.

El bailarín anunció hace unos días que Despertares, que se presentará el 20 de julio en Guadalajara y contará con 45 bailarines de importantes compañías de Europa y Estados Unidos, será la última porque no encontró “condiciones” para continuar.

“Llevamos ocho años con Despertares y desde el principio me he dado cuenta de que hay situaciones que hacen que esto sea un proyecto milagroso año con año. Por ejemplo, la cantidad de burocracia que existe para tener acceso a un apoyo gubernamental es increíble. El apoyo del gobierno, que es semilla, es fundamental pero este año no lo tengo”.

Hernández ha tocado las puertas del Gobierno federal desde el nacimiento de Despertares, pero ahora fue distinto. Hizo peticiones a la Secretaría de Cultura y al INBA, le recomendaron que hiciera la solicitud a través del Profest, uno de los programas para los que se destinaron 500 millones de pesos adicionales que el sector tiene de presupuesto para 2019.

“Lo intenté con Profest, pero hay tantos requisitos que el proyecto no es siquiera elegible para poder obtener el apoyo de medio millón de pesos, de hecho mandé un oficio al INBA con todos mis comentarios al respecto porque en serio, bajo ese esquema es verdaderamente imposible que un proyecto como Despertares pueda acceder”.

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Hernández envió también peticiones a la Secretaría de Cultura, pero no obtuvo respuesta, hasta hace dos días cuando le ofrecieron una reunión. “Estoy a menos de un mes de que iniciemos el proyecto”, dice. Aun así tratará de que en su agenda planeada con precisión casi quirúrgica desde hace meses, haya un espacio para pactar un encuentro solicitado de último momento.

“En el sistema actual para la promoción de la cultura o para la producción de este tipo de eventos, no hay mecanismos que nos permitan, a los productores, ser competitivos. A mí nunca me importó hacer todos los procesos burocráticos que siempre han existido, fueron rounds que se echó mi hermana Emilia durante mucho tiempo, siempre nos hemos enfrentado a esto”.

Para Hernández, el apoyo del gobierno federal sólo representa entre 5 y 7 % del total que se requiere para emprender la gala. “Ese primer apoyo nos daba la certeza para empezar a contactar artistas, para hacer los preparativos básicos. Siempre he luchado por hacer una unión de esfuerzos entre la iniciativa privada y el Gobierno federal, pero cuando intenté involucrar más a los empresarios me di cuenta de que hay muy pocos beneficios para ellos, más allá de lo que pueda impactar a su imagen. En México no podemos ser competitivos frente a un proyecto, como Disney On Ice”.

Agrega que “este tipo de conversaciones en el gobierno están siendo relegadas por otras prioridades, por eso decidí dar un paso hacia atrás. No puedo planear a futuro con incertidumbre. Me gustaría que el gobierno estudie las posibilidades de que haya proyectos que eventualmente se conviertan en una filantropía sustentable. Creo que no soy el único ni el último productor mexicano que está encontrándose con esta realidad del país”.

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