Front 242: hombre y máquina unidos por la música

Casi con 40 años de carrera, hombre y máquina fusionados musicalmente para dar pie al llamado EBM (Electronic Body Music) sonidos electrónicos bailables con actitud punk, condensados con efectos de reverberación y ecos repetitivos,  así son los belgas de Front 242 que con motivo de su visita a Guadalajara esta noche al C3 (Av. Vallarta 1488) platicaron con esta casa editorial.  Sus inicios, qué opinan de la escena y su caótico show que dieron en México en los noventas.

—¿Cómo ha evolucionado su sonido durante 37 años de carrera, teniendo en cuenta el avance tecnológico para hacer música electrónica?

—La calidad de los conciertos en vivo mejoró y condujo a otra forma de experimentar música, con más detalles, frecuencias definidas bajas y altas, ciertamente una relación física entre el cuerpo y el sonido. En los ochentas, la mayoría de las salas de conciertos se basaron en la música rock: el tiempo ha evolucionado y, como hoy, podemos representar mejor la riqueza de nuestro trabajo.

Por el contrario, en el mundo de internet, la gente acepta estándares mediocres (spotify, iTunes, streaming) Para nosotros, el concierto en vivo se convierte en la nueva plataforma creativa y el campo del artista.

—¿Cómo era su proceso creativo en sus primeros años? ¿Qué fue lo primero que se  les ocurrió: los EBM, los sonidos industriales, tecno o las imágenes militaristas, las escenas cinemáticas que tienes?

—Estábamos enfrentando una fuerte resistencia anglosajona a la “nueva” música que provenía del rock, jazz, blues,  mientras defendíamos un aumento de la música electrónica. Tampoco proponíamos el formato de banda clásico con músicos dedicados a sus instrumentos, sino más bien un enfoque ‘no –músico’ del mundo global de los sonidos con muestreo, ruido y sonidos ambientales. Necesitábamos una imagen fuerte, vestimenta militar y mucha determinación en lo que estábamos haciendo. La arquitectura para construir la estructura de una pista era una mejor fuente de inspiración que el rock habitual, el jazz, el blues o cualquier género establecido.

—¿Por qué elegir la música electrónica y no otro género para expresar tus ideas?

—Sólo por la amplitud de sus posibilidades. Disfrutamos del mundo del sonido tal como lo perciben nuestros oídos; como un sentido completo, como una verdadera facultad, menos limitada que la música solamente.

—¿Han dicho antes que la música electrónica es más “mental” que la música rock? ¿Cómo es eso?

—En la banda, cada uno tiene su propia agenda y colaboramos en un proceso para hacer música como un proyecto común en lugar de tocar con otros músicos. Una relación entre concepto-máquina. Sin ofender a las personas que practican con instrumentos, este enfoque  (electrónica) es más mental; la parte física viene con el rendimiento del concierto.

—¿La escena está actualmente caricaturizada?

—Sí, creo que los conciertos en vivo deben manejarse como una forma de arte de múltiples disciplinas, teniendo muy en cuenta la luz, el video, el sonido físico (subbass) y el movimiento (coreografía). Casi como una actuación o instalación de Arte Contemporáneo. Lejos de los estereotipos de los conciertos de Rock. Pero esto no es fácil de desarrollar y debo admitir que no somos ajenos, conservamos algunos de estos viejos clichés también. El DJ detrás de su computadora  se convirtió en un estereotipo.

— 14 años de ‘Pulse’ y 10 de ‘Moments 1’ ¿Por qué no hay un nuevo álbum?

—No estamos de acuerdo con la dirección artística y también somos prisioneros de nuestro estilo.

—¿Qué recuerdas de esa primera presentación en México en 1991 en donde estuvieron a punto de ser arrestados?

—Hubo disturbios en las calles alrededor de la zona de conciertos debido a la venta, supongo, y no sabíamos cómo reaccionarían las autoridades hacia la banda. ¿Culparnos? ¿Arrestarnos? Por todo eso decidimos  cancelar el concierto del segundo día según los consejos del promotor.

—¿Qué han preparado para su concierto en Guadalajara?

—El concierto es más físico que nunca, luces dinámicas, videoclips y espectáculos de artistas intérpretes o ejecutantes. Además, volvimos a nuestro período análogo puro de tiempo con la versión remasterizada de las primeras canciones: la fuente de nuestras primeras experiencias electrónicas... y el amor.

—En 2018, ¿cómo es un día normal en la vida de los miembros del Front 242?

—Lleno de pasión, seguir haciendo lo que disfrutamos y en lo que creemos.

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