"Él es mi violador", señala acusadora de Harvey Weinstein
Una mujer regresó al juicio después de que rompió a llorar el lunes mientras leía un fragmento de un email
Una acusadora clave en el juicio por violación a Harvey Weinstein regresó al estrado el martes, luego que en la víspera el juez suspendió la audiencia al verla evidentemente agitada durante el interrogatorio de los abogados del exmagnate del cine.
Sombría y seria en su tercer día de declaraciones sobre su compleja relación con el otrora poderoso productor de Hollywood, la mujer miró a los miembros del jurado y dijo: "Quiero que el jurado sepa que él es mi violador".
Se espera que pase gran parte del día en el estrado mientras los abogados de Weinstein continúan una meticulosa revisión de sus correos electrónicos y otras comunicaciones. Los abogados dicen que la evidencia pinta a la exaspirante a actriz de 34 años como una mentirosa manipuladora que aceptaba a regañadientes los encuentros sexuales con Weinstein porque disfrutaba los beneficios de conocerlo.
La mujer rompió a llorar el lunes mientras leía un fragmento de un email en el que decía que había sido abusada antes en su vida. Era parte de un largo correo confesional que le envió en mayo de 2014 a su entonces novio sobre su relación con Weinstein.
El juez suspendió la sesión una hora antes de lo habitual el lunes al ver que la mujer no podría continuar.
Al reanudarse el interrogatorio el martes, la abogada de Weinstein, Donna Rotunno, volvió sobre el email que la mujer le escribió a su novio, así como correos que le mandó a Weinstein tras la supuesta violación en un cuarto de hotel en Nueva York en marzo de 2013.
La mujer alega que Weinstein la violó de nuevo ocho meses después en un hotel en BeverlyHills donde ella estaba trabajando como peluquera. Dijo que Weinstein la atacó después que ella le dijo que estaba saliendo con un actor.
Entre los emails que Rotunno resaltó había uno que la mujer le envió a Weinstein en 2014 sobre una reunión para tomarse un trago en Los Ángeles. En su declaración del martes, la mujer dijo que no podía recordar si terminó reuniéndose con él porque a menudo le inventaba excusas para no tener que verlo.
En 2015, tras aceptar una invitación de Weinstein a una fiesta del Oscar, escribió en internet: "Tiempo de Oscar. A punto de enloquecer". Cuando Rotunno le preguntó si escribió eso porque estaba emocionada, la mujer respondió: "Sí. Las fiestas fueron divertidas".
En un momento, Rotunno le preguntó si aceptaría favores de "tu violador". Ahí fue cuando la mujer se volteó hacia el jurado y dijo: "Quiero que el jurado sepa que él es mi violador".
Weinstein, de 67 años, está acusado en Nueva York de esa violación de 2013 y también de abusar sexualmente de Mimi Haleyi, una ex asistente de producción de "Project Runway", en 2006. Podría pasar el resto de su vida en prisión de ser hallado culpable.
Ha insistido en que todos sus encuentros sexuales fueron consensuales.
Previamente en el día, los jurados escucharon el testimonio de otra testigo: una actriz que declaró que se sintió presionada a tener un incómodo trío sexual con Weinstein y la mujer a la que está acusado de violar.
Emanuela Postacchini fue llamada a prestar declaración inesperadamente pese a las objeciones de los abogados de Weinstein, que argumentaron que su testimonio era irrelevante porque no hay evidencia de que él haya abusado de ninguna de las dos mujeres en esa ocasión.
Los fiscales dijeron que llamaban a Postacchini antes de que se reanudara el interrogatorio a la acusadora porque ésta tenía que ir a los Los Ángeles para una audición el miércoles.
Postacchini declaró que, en febrero de 2013, Weinstein hizo que se reuniera con él y la acusadora de violación en un cuarto de hotel en el área de Los Ángeles, donde trató de convencerlas de que tuvieran relaciones sexuales con él.
Durante el encuentro, dijo Postacchini, la acusadora de Weinstein entró al baño y estaba "llorando en posición fetal en el piso".
El abogado de Weinstein Damon Cheronis le preguntó en repetidas ocasiones si Weinstein obligó a alguna de las mujeres a hacer cualquier cosa, y ella respondió cada vez que, aunque no se sintió obligada en lo personal a hacer nada, “la situación era forzada".
jb