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Damián Alcázar, poderoso antihéroe

Entre la esperanza y la batalla por un mejor cine, el actor se entrega completamente a su nuevo proyecto

Damián Alcázar lanza una mirada al horizonte antes de comenzar la entrevista. Pasó toda la mañana -bajo un Sol ardiente-, rodando escenas de la cinta “Poderoso Victoria” y aún le queda trabajo por delante. Pero todo ese trajín no le borra en lo absoluto la sonrisa. Dice que encontró lo que buscaba en esta película: “Una buena historia”.

El histrión toma asiento antes de comenzar la charla, al tiempo que se retira el sombrero y lanza una suave exclamación de alivio por encontrarse, al fin, al amparo de una sombra. “Soy un enamorado de los guiones -anota mientras mueve la cabeza para refrescarse-, dame una buena historia y yo muevo mar y tierra para hacerla”, apunta un hombre cuya carrera frente a las cámaras lo ha llevado a recorrer buena parte de América Latina.

“Soy un antihéroe natural, me gusta señalar las cosas que están mal. Pero si me hubieran dado otro papel en esta cinta, también la hago”.

Sin embargo, siempre hay un proyecto que lo trae de regreso a casa, como en este caso lo es “Poderoso Victoria”. La cinta, donde encarna a “Don Federico”, relata la historia de un pueblo minero que se ve condenado a desaparecer luego de que el tren que atravesaba esa localidad suspende actividades.

Bajo la dirección de Raúl Ramón y con la producción de Fabiola Velázquez, la cinta cuenta en su elenco con Roberto Sosa (“El Indio”), Said Sandoval (“El Cheque”), Edgar Vivar (“Don Edgar”), Luis Felipe Tovar (“El Tuerto”) y Joaquín Cosío (“Jacinto, el maquinista”).

“Se ha hecho un gran equipo para contar una gran historia”, anota Alcázar, y prosigue: “El guion es una cosa extraordinaria, es algo muy mexicano, como si tuviera ‘realismo mágico’, como el de (Juan) Rulfo. Y es, por sobre todas las cosas, una historia esperanzadora”.

Sobre su personaje, Damián explica que a “Don Federico” lo mueve una mezcla de idealismo y determinación. “De alguna manera soy el líder natural de un pueblo que se queda abandonado. Los reúne y los entusiasma con el problema que enfrentan”. En otras palabras, esperanza pura.

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Con locaciones principalmente en los Estados de Durango, Jalisco y Aguascalientes, la cinta (aún sin fecha de estreno), no solamente es “poderosa” por los nombres que tiene, sino por las herramientas con las que buscará seducir al espectador, señala el actor michoacano: “La paleta de colores que usamos es hermosa. Todo armoniza a su entorno. Es una historia de época (de principios del siglo XX), y el director (Raúl Ramón) es un caballero formidable”.

“Además, me ha permitido conocer nuevos actores y actrices. Gente con la que no había trabajado y que está muy entusiasmada de estar en este proyecto, y yo me siento como ellos. Les puedo mostrar lo que conozco, pero ellos me enseñan mucho a mí”.

Sonriente, Damián no solamente agradece el papel que ahora tiene, sino que no se lamenta lo que dejó para entrar en “Poderoso Victoria”: “Tenía la propuesta para hacer una película formidable, pero la tuve que dejar de lado para hacer ésta. Se iba a rodar entre Ámsterdam y Colombia, con mucho dinero. Pero ya había dado mi palabra de hacer ‘Poderoso Victoria’, porque es una historia que sentí la necesidad de hacer”.

¿Y le gusta ser el héroe? La pregunta final hace titubear un poco al actor antes de responder, siempre con jiribilla: “Soy un antihéroe natural, me gusta señalar las cosas que están mal. Pero si me hubieran dado otro papel en esta cinta, también la hago”.

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Estación esperanza

Si bien “Poderoso Victoria” no es una cinta que busque ser de denuncia, Damián Alcázar sí considera que en el fondo su discurso tiene algo de crítica para los errores del pasado.  

“México hoy no es dueño de sus ferrocarriles. Cuando nos quitaron el tren, se acabaron muchos pueblos del desierto, de la montaña. Acabamos con su economía. Esta es una realidad que se toca de refilón en la película”.

Alcázar apunta que le parece increíble que un país como el nuestro, mineralmente rico, tenga tanta pobreza. “Si son observadores, notarán que las riquezas de Entidades como San Luis Potosí y Durango se las llevan a otras partes. Tenemos que trabajar juntos, estar unidos, como lo propone la película, si lo que queremos es salir adelante”. 

El problema del cine mexicano es...

El actor considera que no son los presupuestos la principal causa que han impedido el despegue de la industria cinematográfica mexicana, sino la carencia de pantallas y la competencia desleal que enfrenta frente a la industria estadounidense. “Claro que nos hacen falta salas de cine. Si esta película la ven solamente 200 mil personas es una pérdida. Deberían verla al menos dos millones en un país de 120 millones de personas”. El histrión lamentó además que el cine que no sea de Hollywood tenga poca proyección en nuestro país.

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