“Blanco de verano” afronta los mitos de la codependencia familiar
Protagonizada por Sophie Alexander y Adrián Rossi, esta cinta mexicana llegará a la cartelera el 18 de noviembre
Explorar la codependencia emocional y física es parte del planteamiento que el director Rodrigo Ruíz Patterson propone en “Blanco de verano”, su más reciente filme en el que retrata cómo la relación entre una madre y su hijo puede pender de un delgado hilo cuando no se establecen límites y las ausencias ganan terreno.
La película que llega este 18 de noviembre a la cartelera mexicana es protagonizada por Sophie Alexander-Katz (“La dictadura perfecta”), quien da vida a “Valeria”, madre del adolescente “Rodrigo” (Adrián Rossi), quienes enfrentan cambios en su dinámica familiar cuando ambos tratan de tomar el control y rumbo de sus días, sin mirar con atención cómo se afectan mutuamente al no expresar sus deseos claramente.
“Ha sido muy inesperado el proyecto, la verdad es que no siempre te caen guiones tan bien armados, tan bien estructurados, pensados y trabajados. Rodrigo Ruíz estuvo trabajando muchos años en el guion, trabajó de la mano de Sebastián Quintanilla, creo que la pluma de los dos hizo un guion muy sólido con una buena dirección tan precisa y clara, sabía muy bien lo que quería”, comentó en entrevista para EL INFORMADOR Sophie.
Sophie Alexander-Katz -actualmente nominada a los premios teatrales Metro 2021 por su monólogo “Coordenadas sutiles”- resalta el ingenio que el cineasta Rodrigo Ruíz Patterson imprime en esta trama al revelar al espectador diferentes perspectivas sobre cómo una madre soltera intenta rehacer su vida tras su separación y cómo debe afrontar los cambios emocionales de su hijo cuando su nueva pareja “Fernando” (interpretado por Fabián Corres) trata de adaptarse a una nueva dinámica familiar, aunque esto le implique descubrir que no todas las historias de amor tienen un final feliz garantizado aunque haya voluntad de por medio.
“Rodrigo Ruíz tenía muchos años masticando este proyecto, que es muy personal, aunque no es autobiográfico, pero sí partió un poco de las experiencias que vivió en su infancia y eso nos los hizo ver claramente, nos los transmitió mucho a mí y a Adrián Rossi, que trabajar con él fue fácil, porque tenía muchas ganas de hacer la película. Es un chavo que tenía mucha disposición para hacer lo que le pidieran y lo mejor posible”.
Un rostro realista
Conmovida por los desafíos que “Valeria” refleja en la pantalla, Sophie Alexander-Katz celebra que personajes como el de esta mujer abran una ventana a la reflexión sobre los retos que se enfrentan para sobrellevar la dependencia emocional, qué pasa cuando una mujer intenta marcar nuevos caminos personales y las decisiones que tiene que tomar cuando sus hijos se vuelcan a sus propios intereses.
“La pregunta es quién es más codependiente, si la madre a su hijo o viceversa. Muchas veces pensamos que los padres hacemos todo bien, que tenemos la razón y vemos que muchas de las cosas que salen mal en la película en realidad tienen que ver con los errores que comete ‘Valeria’, no es porque sea una mala persona, creo que los padres y madres siempre tratamos de ser frente a nuestros hijos la mejor versión”.
SophieAlexander-Katz hace hincapié en el entorno que “Blanco de verano” muestra más allá de sus personajes y conflictos, pues también se aprecia de manera muy sutil como la rutina y el paisaje cotidiano intervienen en la forma cómo se afrontan o se ignoran sin querer los problemas de una familia.
“‘Valeria’ es un personaje muy distinto en sus circunstancias a lo que yo he vivido, es una chava admirable, que ha peleado sola, se levanta todos los días a trabajar al mismo lugar, vive en una zona muy peligrosa que no se menciona en la película, pero que sí permea, porque es uno de los lugares más peligrosos para las mujeres, Ecatepec, con los más altos niveles de feminicidio en el país y que sí construye las características físicas y psicológicas de ‘Valeria’”, finalizó.
MQ