Andrés Cepeda, cómplice sonoro
El cantante colombiano habla de la relevancia del romanticismo en la escena musical
Unir esfuerzos y mantener al canto colombiano en lo más alto de la popularidad latina es lo que motiva a Andrés Cepeda para no desaprovechar las oportunidades de trabajar junto a sus colegas y paisanos que, con poca o mucha experiencia sobre los escenarios o estudios de grabación, tienen el mismo objetivo de cimbrar a la industria sonora desde el país cafetalero.
Con la expectativa de regresar a México en las próximas semanas, Andrés Cepeda revela poco a poco las colaboraciones que conformarán a su nueva producción y en la que el sello colombiano es más que evidente en canciones como “Te voy amar” con Cali y Dandee, y “Magia” con Sebastián Yatra, con las que dio el banderazo oficial de una nueva era en la balada-pop latina.
“Ha sido una buena experiencia hacer este álbum, voltear a mi alrededor y darme cuenta del buen momento y gran calidad de la escena colombiana, de mis compatriotas. Me di cuenta que había muchos artistas colombianos a los que seguía, que los tengo en mi ‘playlist’, los busqué para hacer estas colaboraciones”.
Aunque no descarta en un futuro aventurarse con duetos que incluyan a mexicanos, por el momento Andrés Cepeda se enfoca en dar apertura a los nuevos talentos de su nación como el cuarteto bogotano Morat, para dar salida a una nueva creación en “Déjame ir” y charlar del amor desde una perspectiva más madura y profunda.
“Este tipo de asociaciones son muy poderosas e importantes, se tiene que saber la música pop, la balada y las letras románticas están teniendo un resurgimiento muy interesante, copiando un poco el modelo de nuestros colegas urbanos, nosotros nos juntamos también para nuestras alianzas”.
El amor no pasa de moda
Ante el impacto que los ritmos urbanos han tenido en la industria mundial en los últimos años, Andrés Cepeda pone sobre la mesa los méritos que siempre tendrá el romanticismo en la industria moderna a través del pop y la balada, sin olvidar la escuela tradicional que el bolero y el ranchero mexicano han tenido y que de igual forma buscan recuperar su trono.
“El amor, el romanticismo, son emociones tan humanas, que no conoce ni fronteras ni edades. Tan pronto un ser humano despierta su corazón ya empieza a sentir, hay canciones y letras que te llevan a eso. No necesariamente todo tiene que ser un bolero o ranchero para que sea algo romántico, en nuestra vida puede haber romance de todo tipo. El romanticismo sigue invadiendo nuevos espacios y encontrando nuevas expresiones para los más jóvenes”.