Un Centro Histórico para el comercio

Desde que las órdenes franciscanas se instalaron en la Guadalajara del siglo 17, el comercio distinguió al primer cuadro del municipio. Fueron ellos quienes definieron el rumbo de un espacio que, desde entonce, se caracteriza por una esencia prominentemente comercial.

En la actualidad son los comercios y los servicios. Los alimentos, los hoteles y hasta los núcleos joyeros, los que atraen al turismo a la ciudad. Pero fue gracias a los franciscanos y su estrategia como se logró que el primer cuadro tapatío adoptara ese perfil.  “Ellos les dieron espacio a los huertos. Les decían a los indígenas: ‘tú vas a sembrar lechuga; tú, jitomate; tú, rábanos...’. De esa manera hubo más productos y más comercio”, agrega Silvia Linet Flores, secretaria técnica del Consejo de la Crónica y la Historia de Guadalajara.

“Esa es nuestra firma; eso nos da nuestro valor en todo el país”, sostiene Alejandro Salas, presidente de la delegación Centro Histórico de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco)

Ese comercio creció en popularidad y, rápidamente, más personas de la periferia o incluso del interior del Estado buscaron la mercancía del Centro de Guadalajara. Entonces, hubo quienes se dedicaron a acercárselas llevándola en animales de carga. “Las calandrias son la herencia de esa práctica. En caballos y burros se venían a surtir sus productos y ya se los llevaban”.

Siglos después, el Centro de Guadalajara conserva su función comercial. Según Alejandro Salas, el 70% de quienes caminan a diario por sus calles son consumidores. Es decir: viajan al primer cuadro tapatío con ese fin específico. Todo, pese a la gran cantidad de ofertas que hay en la metrópoli.

“Las papelerías, boneterías, jugueterías, las tiendas de telas… Hay muchísimos giros que atraen a las personas a Guadalajara y que no se encuentran en otros puntos. El centro del municipio tuvo un origen muy marcado en el comercio, y éste evolucionó con los mercados, con las comidas, y hoy por hoy es un referente a escala nacional. Incluso en materia tecnológica”.

En los últimos 100 años, las páginas de EL INFORMADOR han dado cuenta de esa evolución comercial del primer cuadro tapatío. Firmas como Farmacias Guadalajara, Fábricas de Francia, El Nuevo Mundo, Ferreterías Calzada o Calzado Canadá, como algunos ejemplos, han solicitado espacios de mención en este rotativo para atraer a sus clientes.

En el último siglo, las prácticas de comercio han cambiado en más de una ocasión. Según el delegado de la Canaco, esto ha sucedido en cada intervención importante, pues la nueva infraestructura modifica al Centro Histórico y, en consecuencia de esto, las necesidades de quienes lo recorren.

Las obras de entubamiento del Río San Juan de Dios, de cara a la celebración del Primer Centenario de la Independencia de México, fueron un parteaguas. Durante el gobierno de Porfirio Díaz (1876-1911), Guadalajara “vivió una etapa de estabilidad y crecimiento comercial e industrial”, apogeo que, según el Ayuntamiento, “se vio reflejado en la arquitectura de la ciudad, sobre todo en la zona Centro”.

Desde mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX, Guadalajara vio nacer giros como Casa Calpini (1848), que ofertaba artículos de óptica. Por otra parte, en 1876, tres socios de origen francés fundaron el primer almacén de “Las Fábricas de Francia”, que en su arranque tendría un sistema de ventas al mayoreo y menudeo en diversos artículos.

Nace el primer laboratorio de foto

Para 1918, Julio García García decidió abrir una tienda sobre la Avenida Colón, en donde vendía artículos fotográficos. La empresa norteamericana Kodak le permitió vender sus productos en 1921, y su popularidad siguió en aumento hasta que, en 1959, construye el primer laboratorio en el Estado para revelar e imprimir fotografías, un proceso que antes de eso requería entre cuatro y ocho semanas. Laboratorios Julio estaba en marcha.

Otro giro que distingue al primer cuadro de Guadalajara, y que además este año cumple 68 años, es El Nuevo Mundo. Una tienda departamental que inició en diciembre de 1949, y que creció a tal grado que incluso cuenta con compañías filiales en las ciudades de México, Monterrey, Tampico y Acapulco.

En 1921, un repartidor de una cervecería decidió invertir su dinero en una cantina en la calle de Hidalgo. 29 años después, la ampliación de esa calle (hoy avenida) “movió” el negocio a la calle Pino Suárez. El trabajador, Florencio, bautizó su negocio como “La Fuente”, cantina que, dos administraciones después, mantiene en exhibición una bicicleta que perteneció a un individuo quien, intoxicado en alcohol, solicitó el uso del baño en 1957 y jamás regresó por su vehículo.

“La ciudad y el Centro evolucionan conforme las obras”, dice Alejandro Salas. “Las grandes transformaciones que hoy sufre el Centro, como la Línea Tres , Ciudad Creativa Digital y Paseo Alcalde de nuevo reconvertirán algunos de los negocios, que deben adaptarse a la modernidad”. El Centro, concluyen, nació y consolidó su giro comercial. Restaurantes, mercados, hoteles y hasta joyerías han marcado un espacio que sigue en evolución.

Los comercios con gran historia

- Farmacias Guadalajara (fundada en marzo de 1942)
-  Casa Calpini     (1848)
- Fábricas de Francia     (1876)
- Hotel Francés    (1893)
- El Vapor, tienda de ropa     (1902)
- Botica del Hospicio (fundada a principios de siglo y vendida a sus actuales dueños en 1915)
- Font, librería     (1908)
- Nevería el Polo Norte (abril de 1909)
- La Alemana, restorán     (1910)
- Hotel Fénix (junio de 1912)
- Laboratorios Julio    (1918)
- Los famosos equipales,cantina    (1920)
- La Playita, lonches     (1935)
- La Colonial de Mexicaltzingo    (1936)
- Zapaterías las tres BBB    (1939)
- Calzado Canadá    (1940)
- Hotel del Parque    (1940)
- La Chata, restorán    (1942)
- Albarrán, empresa automotriz    (1947)
- Hotel Roma     (1949)
- El Nuevo Mundo (Octubre de 1949)
n Lonches Gemma     (1953)
n Ferreterías Calzada    (1953)
n Helados Bing    (1965)
Fuente: Consejo de la Crónica y la Historia Guadalajara.

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