Economía

Ecoturismo para vivir la naturaleza

La agencia de viajes Turismo De Aventura se especializa en que sus clientes conquisten “El cielo de México” y desafíen sus propios límites

Una aventura puede surgir en cualquier parte y acompañarte hasta cualquier destino, pero la inquietud crece dentro de cada uno. Es por ello que Julio Michel Melgoza, director de la agencia de viajes Turismo De Aventura, dejó de formar parte del staff de una compañía que organizaba campamentos para trazar su propia ruta y crecer. Sabía que había llegado su momento.

En los últimos tres años, Julio ha diseñado el mapa hacia su futuro como empresario llevando en la mochila su pasión por viajar. Su formación en Cultura Física y del Deporte, así como Terapia Física lo conecta con la inquietud por mantenerse siempre en movimiento, pero estaba seguro que su lugar estaba en contacto con la naturaleza. “Creé Turismo De Aventura junto a otro socio, pero con el tiempo me quedé solo. Hacemos viajes de ecoturismo, todos son camping y la mayoría son en fin de semana”.

La agencia de viajes lleva casi tres años diseñando experiencias para sus usuarios y tiene el espíritu de un viaje entre amigos, no sólo por la juventud de sus líderes, pues Julio se hace acompañar de sus dos hermanos como socios para hacer posible cada aventura. “Iniciamos armando viajes para nuestra propia familia y amigos; poco a poco nos fueron conociendo, la gente nos ha ido recomendando. Tenemos detalles por afinar, pero lo vamos puliendo poco a poco”. 

Los destinos que primero interesaron a Julio fueron el Nevado de Colima, Nevado de Toluca y el Pico de Orizaba, lo que Julio llama “El cielo de México”, con sus más de cinco mil 600 metros de altura. Los usuarios de Turismo De Aventura son viajeros inquietos que quieren descubrir nuevos paisajes y vivir experiencias extremas. “La gente que va a esos viajes disfruta del senderismo y el montañismo, son cosas distintas, pero todo en contacto con la naturaleza; hay otros destinos más tranquilos como las Grutas de Tolantongo”. 

La agencia también ofrece opciones donde la adrenalina es la protagonista, no sólo se trata de la experiencia natural, la llevan a otro nivel con salto en paracaídas. “Vamos a un lugar que se llama Mil Cascadas -en Texcaltitla, Guerrero- y hacemos salto de cascadas desde los dos hasta los 12 metros, y para finalizar hacemos un salto en paracaídas desde una avioneta”. Adrenalina garantizada. 

La seguridad ante todo

Cuando el destino del viaje no incluye los servicios de emergencia en cada esquina, quien organiza la excursión debe tener todo bajo control, es por ello que tanto Julio como sus hermanos están preparados para brindar primeros auxilios en caso de alguna emergencia. “Estamos preparados para dar primeros auxilios, terrestres o en la alta montaña, afortunadamente nunca lo hemos necesitado, pero estamos listos para cualquier cosa con botiquín, camilla y radios”. 

En el arranque de la agencia, los usuarios debían llevar su propio equipo: casco, casas de campaña, lámparas y todo lo necesario para acampar o escalar de acuerdo al destino seleccionado. Ahora Turismo De Aventura cuenta con todo para que sus clientes se enfoquen sólo en empacar la maleta disfrutar el viaje. “Mi objetivo es que cada persona que llegue a Guadalajara diga: ‘Quiero ir a Turismo De Aventura’ y salir inmediatamente o al día siguiente’”, anota Julio, y es que viajar puede ser un proyecto espontáneo o un plan esperado con tiempo. Para la agencia, cada experiencia debe diseñarse al milímetro, desde el transporte hasta los servicios de emergencia, es por ello que el siguiente paso son los destinos al extranjero. 

La independencia

Como emprendedor, Julio reconoce que no es sencillo levantar un negocio. Tuvo que superar obstáculos, iniciar con lo mínimo necesario, invertir y volver a invertir sin ver ganancias reales hasta que la agencia fue autosuficiente. “Hay que ser perseverante y tener una fuente de ingresos extra, porque un negocio puede tardar en arrancar. Mi negocio creció, pero durante dos años fue necesario reinvertir en equipo, sobre todo, y fue hasta este año que vimos las primeras ganancias reales. Hay que invertir tiempo. Un negocio puede tardar seis meses o un año en despegar, pero vale la pena”.

CT

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