Economía

¿Te endeudaste en el Hot Sale? Consejos para que no te pase otra vez

Te damos algunos tips para que tu tarjeta de crédito no se vuelva en tu contra

Una tarjeta es un arma de doble filo. Como puede darte tiempo gratis de financiamiento, bonos, seguros y hasta boletos de eventos, también puede sumirte en el infierno de las deudas, depende de si la sabes usar o no.

Ahora bien, si en la temporada pasada de ofertas del Hot Sale cargaste una y otra vez sin el debido control y ahora tienes un monto que pagar que suena nada atractivo, nunca es tarde para tener la información necesaria para que no te vuelva a pasar.

Ojo con los meses sin intereses

No son malos, por supuesto, si los sabes usar. Es muy atractivo caminar por la tienda departamental y ver que la pantalla plana que llevas meses queriendo comprar está a meses sin intereses, y es lógico que también te ponga feliz ver que querías cambiar la cocina y esta tiene 10% y también está a meses sin intereses. Pero ojo, comprarlo todo al mismo tiempo puede sumirte en una gran deuda que se vuelva imposible de pagar a fin de mes y si te retrasas en un solo pago, se acabaron los meses sin intereses y estos empiezan a correr. Así que lo mejor es que calcules cuánto es lo que puedes gastarte al mes en este rubro y no sobrepasarte.

Pagar después y quedarte sin dinero

Eso de “compre hoy y pague después” puede volverse también muy atractivo y hacernos desear algo que realmente no necesitamos. Una guía de Mckinsey sobre economía del comportamiento explica que los minoristas saben que permitir a los consumidores que retrasen el pago puede incrementar “dramáticamente” su disposición a la compra, así que piensa que se están aprovechando de ello para orillarte a comprar.

Por desgracia, ese “después” va a llegar algún día y va a reducir el dinero que tienes disponible para todo tipo de gastos, los cuales sí podrían ser realmente esenciales. Además, es una estrategia mercadológica que puede hacerte caer en comprar algo que ni siquiera realmente necesitas.

¿Cómo evitarlo? La siguiente vez que compres algo, cualquier cosa, pregúntate si realmente lo necesitas. Te sorprenderás pero una gran parte de las veces, la respuesta será no.

Cuidado con el marketing

Eso de que sólo quedan dos productos, que queda muy poco tiempo para que se termine la oferta, de que “solo hoy” dura la oferta y demás modalidades, son solo ganchos publicitarios que buscan crear la sensación de escasez en el consumidor e impulsarlo con ello a la compra. Si ya caíste y te arrepentiste, es momento de ponerle remedio. Preguntarse qué tan necesario es siempre es muy útil.

La tarjeta de crédito no es otro sueldo más

Es un principio básico a la hora de usar tarjetas de crédito, pero no está de más repetirlo: Un plástico no es una extensión de tu sueldo, solo es un medio de pago. Simplemente es una forma distinta al efectivo que te ofrece ventajas como tener días de financiamiento gratis y darte una mayor seguridad en la compra debido a que no traes el dinero en la mano, por mencionar solo algunas ventajas. Sin embargo, es dinero que tendrás que pagar en algún momento y que puede salirte mucho más caro en la medida en la que te retrases en tus pagos.

Si no la controlas, cancélala

Si ya es recurrente que te endeudes con la tarjeta de crédito y que en vez de disminuir tus deudas no hagan más que crecer, mejor cancélala. Es de las últimas cosas a las que deberías recurrir –porque aprender a usarla no es tan difícil y en teoría deberías tener control sobre tus actos– pero si estás convencido de que no te queda de otra, hazlo, porque nada vale vivir endeudado y con la angustia de que llegue la fecha de pago siguiente y no tengas con qué liquidar tus compromisos.

Ponte un límite

Si en el periodo de ofertas pasado pasaste la tarjeta una y otra vez sin tener ni un poco de reflexión, es momento de que no te vuelva a pasar. Si sabes que va a venir un periodo de ofertas, haz un análisis de qué es lo que realmente necesitas, haz un presupuesto para ello y cuando llegue la hora, apégate a lo que habías dicho de inicio. Ir a las tiendas a ver qué es lo que se te pega es la receta perfecta para endeudarte.

JA

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