Economía

Los impuestos más extraños que se han cobrado en México

Los impuestos varían a lo largo del tiempo, y en México sí se han aplicado algunos que en la actualidad nadie se imagina pagar

Hasta enero de 2022, en México, los pagos al Sistema de Administración Tributaria (SAT) no incluían impuestos de los que en el mundo se conocen como "extraños", sin embargo, hay algunos que llaman la atención por parecer absurdos.

Por ejemplo, el pago de la tenencia se aplica a la propiedad de un vehículo y varía según el estado del país; el impuesto a la comida chatarra o alimentos con alto contenido calórico se implementó para combatir la obesidad en México; y qué decir del que se cobra a las bebidas azucaradas, que entró en vigor en el año 2014 para luchar contra el consumo excesivo que también lleva a problemas de salud.

Pero los impuestos varían a lo largo del tiempo, y en el país sí se han aplicado algunos que se han considerado extraños, o que en la actualidad nadie se imagina pagar.

Por ejemplo, los estudiosos de la Historia han hablado de una época en la que la recaudación de impuestos basada en los ingresos y el patrimonio era un desafío, y surgieron contribuciones singulares para gravar objetos de lujo y bienes visibles.

Estas medidas, por ejemplo, incluían los impuestos a puertas y ventanas, perros, carros y caballos, y contrario a lo que se suele decir, no sólo fueron una realidad en México durante el gobierno del expresidente Antonio López de Santa Anna, sino que derivaron de una tendencia internacional inspirada en la fiscalidad europea del siglo XVII, o al menos así lo asentó el historiador Héctor Strobel para la revista Relatos e Historias en México.

Los impuestos por la posesión de puertas y ventana surgieron en Inglaterra, y se extendieron a países como Francia, Suecia, España y Países Bajos. Este cobro llevó a algunos a cerrar las que se tenían en los hogares para no pagar tanto.

Este dinero se cobró en otros países de América, que incluyó a México, como parte de una estrategia que buscaba sanar las finanzas tras la guerra de Independencia.

La medida fue impuesta por Santa Anna en el año de 1854 con el nombre de "impuesto a luces exteriores".

También se cobraban aranceles por cada perro en 1853; este todavía se paga en algunos países, de hecho. 

Otros impuestos que se cobraron fueron a los caballos y los carros (y que pueden ser considerados precursores de la tenencia vehicular), y también tienen origen europeo. 

Contrario a lo que se cree, dice el artículo de Héctor Strobel, estos impuestos no generaban incomodidad en las personas, pero sí hablan de la influencia de Europa en la construcción del sistema fiscal mexicano.

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