Renault Kwid Outsider, el líder de los “low cost”
El manejo de esta Renault Kwid no sorprende a nadie, pero por paradójico que pudiera parecer, esa es la mayor virtud de este coche de ciudad
Los coches asequibles siguen siendo una parte importante en el mercado mexicano y aunque estábamos acostumbrados a opciones tradicionales, parece que Renault llegó a cambiar el juego en este segmento. Y es que con la nueva Kwid la marca francesa compite fuerte, con bastiones como un bajo costo de compra, bajos consumos de combustible, y mayor seguridad que sus competidores.
El exterior puede no sorprender a nadie, con un diseño convencional y que va de la mano con lo que la armadora ha mostrado recientemente. Destacan los grandes faros, un breve cofre, y una parrilla de dimensiones contenidas. Los rasgos emulan la robustez y es un aspecto explotado en las fascias, además de los laterales con molduras de uso rudo y rines de acero de 14 pulgadas. La retaguardia continúa con la línea del volumen con una portezuela abultada, aunque con una superficie más limpia y con un difusor que acentúa el extra de milímetros de despeje en relación al suelo.
El habitáculo nos parece común, pues tomando en cuenta que es un vehículo de bajo costo, predominan los plásticos rígidos en todas las superficies y la tela en las vestiduras de los asientos.
Hay un par de detalles que dan toques de jovialidad a la cabina, como los vivos en tono naranja y los terminados en acabado negro satinado que rompen con el resto de los materiales. Si bien es un coche que se percibe económico, no decepciona pues es incluso un poco mejor de lo que su precio podría sugerir.
El sistema de entretenimiento se basa en una pantalla central de mandos táctiles de siete pulgadas, con compatibilidad con sistemas Android Auto y Apple CarPlay, así como conexión inalámbrica y entrada USB. Entre las amenidades extrañamos los controles de audio al volante, que no existen en ninguna versión y que las ventanas solo son eléctricas para las plazas delanteras, detalles que a nuestro parecer podrían mejorar.
El tren motor sigue por la línea de la modestia, con un propulsor de tres cilindros y apenas un litro de desplazamiento. El conjunto ofrece un caballaje de 66 HP y un torque de 69 lb-pie de par, todo ligado a una caja manual de cinco relaciones y tracción delantera.
Una oferta honesta
El manejo de esta Renault Kwid no sorprende a nadie, pero por paradójico que pudiera parecer, esa es la mayor virtud de este coche de ciudad. Está pensado en un entorno citadino al cien por ciento, lugar donde más cómodo se le siente.
La potencia es contenida, por lo que los arranques requieren tiempo. A cambio, la caja es relativamente precisa y el extra de centímetros de despeje al suelo permite una mejor visibilidad que en otros productos. El extra para el Kwid es que además otorga consumos por arriba de los 12 km/l en ciudad, una virtud deseable en la categoría donde compite.
En carretera la historia es completamente opuesta, pues para mantener un ritmo alegre debes exigir al motor, manteniendo el régimen de revoluciones por minuto muy alto, lo que echa por la borda el virtuoso ahorro con el que este producto fue concebido. Acelerar es un reto y los rebases los son más, pero no hay que perder de vista que es un coche con una vocación totalmente diferente.
Es en materia de seguridad donde el Kwid se vuelve sólido y gana la carrera a la mayoría de su sector, pues es el único que desde la versión base ofrece cuatro bolsas de aire, además de anclajes ISOFIX y frenos ABS, aunque carece de otras asistencias electrónicas, como control de estabilidad o asistente de arranque en pendientes.
El Renault Kwid es una oferta honesta, te da seguridad y un rendimiento razonable con enfoque citadino por un precio de casi 200 mil pesos. Es verdad que podría tener más potencia y un poco más de equipo, pero sin ser sobresaliente es una oferta redonda que puede considerarse como la elección inteligente de su segmento.