Economía

Reactivación laboral en el mundo se estanca y tiene visos a la baja: OIT

El panorama laboral tras el pico más alto de la pandemia pinta un entorno más disparejo entre países de altos y bajos ingresos, en cuanto a actividad y a productividad

La recuperación del empleo tras el impacto de las primeras olas de COVID-19 se estancó a nivel global y el progreso logrado ha acrecentado las brechas entre las naciones avanzadas y las que están en desarrollo, deteriorando el panorama de mediano plazo para el mundo laboral, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Al presentar la octava edición del Observatorio de la OIT: La COVID-19 y el mundo del trabajo, el organismo revisó a la baja sus proyecciones sobre las afectaciones de la emergencia en el mercado laboral. De esta manera, estima que en 2021 se perderá el equivalente a 125 millones de empleos, 25 millones de plazas más que el cálculo presentado en junio pasado, y lo que representa una merma de 4.3% en las horas laboradas a nivel mundial.

“Pese a la reanudación del desarrollo económico a escala mundial, la recuperación general en términos de horas de trabajo se ha estancado y registra valores muy inferiores a los anteriores a la pandemia, con amplias diferencias entre países, según su nivel de ingresos. En la presente edición del Observatorio se realiza una amplia revisión a la baja de las anteriores previsiones que realizó la OIT para 2021, habida cuenta de la evolución lenta, dispar, ineficaz e incierta de los mercados de trabajo”, se puntualiza en el reporte.

Las vacunas contra la COVID-19 han ayudado a mitigar un impacto mayor en la recuperación del empleo. Los especialistas del organismo estiman que por cada 14 personas que concluyen el plan de inoculación se crea un puesto de trabajo de tiempo completo. Esto explica por qué los países que más rápido han avanzado en este proceso han registrado un mayor ritmo de mejora en su mercado laboral.

Además, el avance en los planes de vacunación se ha convertido en un elemento clave para el retorno a las oficinas. Hasta el inicio de octubre, la proporción de personas plenamente vacunadas llegó a 34.5% en el mundo. Sin embargo, a la analizar este dato por nivel de ingreso de los países, el avance es de 59.8% en las naciones avanzadas y de 1-6% en las naciones en desarrollo.

“La trayectoria actual de los mercados de trabajo es de una recuperación estancada, con la aparición de importantes riesgos a la baja, y una gran divergencia entre las economías desarrolladas y en desarrollo”, expresó el director general de la OIT, Guy Ryder.

Por regiones, la mayor afectación en la pérdida de empleos en 2021 la registrarán los Estados Árabes y el continente americano, con caídas anuales en las horas de trabajo de 6.17 y 5.5%, respectivamente. El menor impacto se proyecta en Europa y Asia Central, con una baja de 3.12 por ciento.

Productividad al alza

Otro elemento que destaca la OIT en su reporte tiene que ver con el incremento atípico de la productividad laboral a nivel global. Esto se debe a que los más afectados por las medidas de confinamiento que se emprendieron el año pasado para frenar los contagios de COVID-19 fueron las empresas menos productivas y los trabajadores con los salarios más bajos.

De esta manera, en 2020 la productividad laboral por hora en el mundo aumentó más del doble del valor promedio a largo plazo, a un nivel de 4.9% —el índice promedio anual entre 2005 y 2019 fue de 2.4%—. “La incidencia de la pandemia de COVID-19 dio lugar a una inestable evolución sin precedentes del nivel de productividad laboral a escala mundial”, detalla la OIT.

Este efecto no solamente fue atípico, sino que también incrementó la brecha de productividad entre las naciones con altos y bajos ingresos a su nivel más alto en las últimas dos décadas. En 2020, detalla el organismo, cada trabajador de una economía avanzada produjo 17.5 veces más, en promedio, que uno de una economía en desarrollo. Para 2021 se estima que esta proporción aumente a un monto histórico de 18, “la mayor brecha desde 2005”.

Ante este contexto, la OIT recomienda mantener los programas de apoyo y estímulo para la preservación de los empleos. Por cada punto del PIB que se aumenten los incentivos fiscales para el aparato productivo, estima el organismo, la cantidad de horas de trabajo aumenta 0.3 por ciento.

“Si bien es necesario planificar adecuadamente el diseño y la adaptación de los paquetes de estímulos a fin de lograr los resultados más eficaces posibles en una coyuntura que evoluciona a un ritmo muy rápido, la supresión prematura del apoyo fiscal podría exacerbar los efectos adversos en el mercado laboral o ralentizar la recuperación del empleo. La experiencia demuestra la importancia que reviste mantener sólidos incentivos”, puntualiza la OIT.

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