Arte autodidacta
El cantautor y artista gráfico Pepe Rizo ha dedicado una vida a la creación que le apasiona: la música y el dibujo
Emprendimiento no sólo significa levantar físicamente una empresa, llenar una oficina con personas cumpliendo una tarea y ofrecer productos o servicios, emprender también puede significar un crecimiento personal, alcanzar metas. José Antonio Rizo es el claro ejemplo de lo que significa desarrollarse como empresa ante cualquier obstáculo y consolidarse.
Pepe Rizo, como lo conocen en la escena local, es un artista gráfico y músico independiente que lleva seis décadas puliendo la esencia de su trabajo, al que ha denominado “fantasonírico”, una interpretación de los sueños fantásticos que van de la explosión del color a los cálidos sepias.
Como muchos otros artistas que han picado piedra a lo largo del tiempo, Pepe Rizo también ha tenido que ser un malabarista en el circo de la vida. Con tan sólo 14 años se propuso incursionar en la música; decidió aprender a tocar la guitarra con la inspiración de los íconos británicos del rock The Beatles, y a pesar de no tener los recursos técnicos a la mano en ese momento, Pepe lo consiguió: formó su propia banda, Beat Back Rock.
El tiempo lo llevó de un lado a otro y actualmente, a la par de su faceta artística, se dedica también a la renta e instalación de toldos para eventos especiales. Aunque Pepe es uno de esos artistas que ha sabido diversificar su talento, tiene claro que tanto la música como el dibujo y la instalación de toldos son una fuente de ingresos, pero su pasión está en el arte. “Afortunadamente las tres actividades me dejan dinero, porque tengo exposiciones de mis cuadros y en la música tengo un grupo de rock y eso además de divertirme me da dinero. La música y el dibujo se me han dado desde muy chico, como siempre han sido mi pasión me mantienen vivo y alegre. Tengo la facilidad de crear y eso me permite hacer cosas nuevas continuamente”.
En equilibrio
La vida ha trazado la carrera de Pepe, él siempre ha llevado la inspiración en la maleta, es por ello que no tiene inconveniente de pasar de su rango artístico al de la empresa y el equilibrio lo mantiene vivo. “Soy autor. Trabajo mucho mi creatividad en los momentos de tranquilidad que tengo en el día. A partir de la pandemia se pudo reactivar mi vida creativa. Lo primero es la música, soy compositor, luego pintor y al final mi trabajo en los toldos”.
Y todo es un círculo virtuoso, pues antes de dedicarse al montaje de toldos, Pepe Rizo enfocó parte de su vida al diseño gráfico industrial. “Tampoco lo estudié, pero me dediqué a ello, luego me dediqué al dibujo artístico. A finales de los sesentas, aunque no fui hippie, me gustaba esa propuesta artística, dibujé escenarios de conciertos de rock en Guadalajara con ese estilo”.
Roquero de corazón, Pepe Rizo es admirador de la música en general; sin embargo, él, que la vida le ha permitido ver la evolución de las corrientes musicales desde el surgimiento del rock, considera que las propuestas urbanas actuales distan mucho de tener una base artística sólida. “Hoy en día no se produce música, es ruido. Hay buenos compositores, pero no los dejan salir a la luz. Las compañías se enfocan en lo que les deja dinero”.
Para quien tiene en su repertorio más de 400 canciones, además de jingles promocionales y música motivacional, el mayor sueño sería escuchar una de sus canciones en una voz reconocida.
“Tengo muchos años esforzándome para posicionar mis canciones y no he corrido con la suerte de que graben una, ese sería uno de mis grandes sueños, que una de mis canciones la cante un artista reconocido. Yo tengo 60 años trabajando en ello. Sé que hay miles de personas que han trabajado igual”.
Es por ello que la vida y el tiempo le han permitido crecer y diversificarse, sin perder la creatividad que le acompaña; como buen emprendedor seguirá invirtiendo para que el arte siga creciendo.
CT