Economía

La salida está en manos del gobierno

El analista y columnista Enrique Quintana explica su visión sobre los retos, riesgos y oportunidades del entorno económico actual (3 de 5 partes)

¿Qué fue lo que hizo que la economía mexicana frenara y qué es lo que puede hacer el gobierno para que vuelva a crecer?

Cuando Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones e hizo sus primeros pronunciamientos de lo que sería su estrategia económica, despertó expectativas muy favorables entre los empresarios e incluso los consumidores.

Hacia el mes de septiembre del año pasado, de acuerdo con la encuesta del Banxico entre expertos, el porcentaje que consideraba que era buen momento para invertir era igual al que pensaba que no lo era.

Ese tono positivo, sin embargo, tuvo un drástico cambio a partir del mes de octubre, cuando el entonces presidente electo lanzó la consulta pública respecto a la obra del nuevo aeropuerto en Texcoco. Hoy apenas el 11 por ciento piensa que hay un buen momento para invertir.

Se gestó una situación de incertidumbre. Las empresas temieron que el nuevo gobierno decidiera suspender proyectos en curso y cancelara contratos.

El resultado fue que la inversión productiva se empezó a ir para abajo y en diciembre se desplomó en -6.2 por ciento.

No fue suficiente con un Paquete Económico 2019 que dejó claro que el gobierno no iba a gastar desordenadamente, como algunos temían.

Ocurrió lo contrario. Al diagnosticar que el combate a la corrupción requería la centralización de las compras del gobierno, se diseñó un esquema que hizo pasar todas las adquisiciones por la Oficialía Mayor de Hacienda, propiciando una gran lentitud en el ejercicio del gasto.

Hasta el mes de julio de este año hubo una caída de -15.8 por ciento en la inversión pública y de -3.5 por ciento en el gasto público total. Además, hay un subejercicio superior a los 190 mil millones de pesos.

La falta de confianza de los empresarios y el freno del gasto del gobierno fueron los factores que más le pegaron a la actividad económica, al punto de que hubo un cero crecimiento de la economía en el segundo trimestre del año.

Allí están las causas, pero también están los remedios.

Si en la última parte del año se reactivan la inversión y el gasto del gobierno federal, se puede contribuir a tener un mejor desempeño económico.

Las empresas proveedoras de bienes y servicios para el gobierno pueden empezar a recibir recursos, que a su vez lleguen a sus proveedores y empleados, aumentando el dinamismo global de la economía.

Pero quizás el factor más importante esté en la confianza del sector empresarial.

En el mes de junio, ésta recibió un nuevo golpe cuando la Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció que llevaría tribunales internacionales siete contratos de construcción y operación de gasoductos.

Este hecho incluso motivó un reclamo del embajador de Canadá en México.

Por esa razón, cuando en los últimos días de agosto se anunció que el sector privado y el gobierno habían logrado acuerdos en este tema, se percibió la posibilidad de una recomposición de la confianza.

En el Primer Informe Constitucional, el presidente López Obrador fue muy enfático al plantear que el crecimiento económico requiere de la inversión privada y de la participación del sector empresarial.

Si en los próximos meses se perciben nuevas señales que restablezcan la confianza, quizás como el regreso de las asociaciones de Pemex con empresas privadas podría haber una recuperación de la inversión.

Sin embargo, si lo que prevalece son acciones que la inhiben, como fue la Ley de Extinción de Dominio, o el tratamiento penal a la defraudación fiscal para equipararla a la delincuencia organizada, entonces, se corre el riesgo de que el estancamiento económico se haga más prolongado y de que sí podamos tener para el 2020 una situación de crisis financiera.

En este contexto, ¿qué pueden hacer las empresas? Mañana se lo platicamos.

PULSA AQUÍ para consultar el resto de las colaboraciones exclusivas de Enrique Quintana para EL INFORMADOR

Síguenos en

Temas

Sigue navegando