Inflación estrechó márgenes de utilidad de industriales: Concamin
Ha registrado aumentos en los precios al productor entre 10.3% hasta 50% como parte del alza inflacionaria
La aceleración de la inflación a lo largo del 2021 puso en jaque a los industriales, comerciantes y consumidores en México; y aunque algunos empresarios han tenido que absorber las alzas de los insumos a costa de los márgenes de utilidad para no mermar sus ventas, esto no es generalizado, lo que termina reflejándose en encarecimiento de productos al consumidor final.
El sector industrial en México ha registrado aumentos en los precios al productor entre 10.3% hasta 50% como parte del alza inflacionaria, no obstante, “estamos absorbiendo los incrementos, sacrificando, para poder vender”, sostuvo su presidente José Abugaber.
El año pasado, la inflación que enfrentaron las empresas, medida a través del Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) fue de 10.3% (en el 2020 fue de 3.7%), mientras que la inflación que enfrenaron los consumidores, medida a través del Instituto Nacional de Precios al Consumidor (INPC), fue de 7.4% (en el 2020 fue de 3.2%), de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
El dirigente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) explicó que algunas empresas han absorbido los aumentos, y eso ha mermado su rentabilidad de los negocios y la producción, para evitar la contracción del mercado.
Precisó que industrias como la alimentaria ha presentado alzas de 16% en promedio, empresas que sí han trasladado los aumentos al comerciante, y que los consumidores tendrán que pagar.
Héctor Tejada, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco- Servytur), dijo que, aun cuando la inflación es mundial, la economía mexicana padece adicionalmente presiones en algunos productos –como los combustibles– debido a los ajustes anuales del Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS).
“Resulta inevitable que un comerciante a cargo de un restaurante no traslade el aumento de la gasolina en los servicios y alimentos que ofrece, que además arrastra los precios de los alimentos y otros productos”, dijo.
Luego del COVID-19, el cierre de la actividad económica, la inflación y la llegada de la variante ómicron, ambos empresarios afirmaron que tanto fabricantes como comerciantes deben tener pasos muy firmes “porque la situación no está fácil”.
“Hay disrupciones en las cadenas de suministro; están rotas y en lo que se reparan, se sigue generando la inflación. Se sigue dando la escasez de componentes y productos (luego de que empresas en el mundo pararon producción por la pandemia o algunas cerraron por la situación económica de menor demanda global)”, sostuvo José Abugaber en entrevista con El Economista.
Por su parte, el presidente de la Concanaco informó que ya se analizan estrategias con las autoridades de la Secretaría de Economía, quienes están “preocupadas” por las alzas en los precios, y el presidente de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicios y Departamentales (ANTAD), Vicente Yáñez, también activó alertas de incrementos en sus productos, lo que puede llevar a una contracción de la economía.
“Ya se buscan actividades para reducir los impactos inflacionarios”, incluso como comerciantes hemos solicitado a los consumidores adquirir los productos de temporada para frenar la espiral, expresó Héctor Tejada.
El sector comercio tenía la expectativa de crecer 4% al cierre del 2022, pero con el repunte inflacionario de los últimos meses, el pronóstico se ha reducido a 3.5%, debido a la merma en ventas.
Cambio de patrones
Los efectos de los altos niveles de la inflación ya tienen sus impactos en el comportamiento de los consumidores, quienes aplican “la discriminación” sobre los productos y las marcas de importancia significativa versus las categorías donde reducirán su consumo, aseguró la empresa de análisis de mercado Pulso Psyma.
A través de su estudio Propósitos de consumo 2022, la empresa consultora sostiene que los consumidores han comenzado a sustituir a sus marcas habituales por opciones más accesibles. Por ejemplo, se han dejado de adquirir cosméticos y perfumes, comprado tecnología más barata y dejarán de viajar.