Economía

Engaños en la venta de pescado afectan a consumidores en México, alerta ONG

El 44% del pescado vendido en importantes ciudades mexicanas, son sustituidos por otras especies en una práctica que afecta a consumidores y pescadores del país

El 44% del pescado vendido en pescaderías y restaurantes de Guadalajara, Mérida, Ensenada y Tijuana, cuatro importantes ciudades mexicanas, son sustituidos por otras especies en una práctica que afecta a los consumidores y pescadores del país, según un estudio de la asociación Oceana.

"Se está engañando a los consumidores de pescado porque se les da especies muy baratas y se les vende como especies mucho más caras. Encontramos que una de cada cuatro veces la sustitución era por especies de mucho menor valor", explicó Mariana Aziz, responsable del estudio "Gato por liebre" de Oceana.

Aziz destacó también el daño a los pescadores mexicanos, a los que esta práctica deja en "una posición de competencia bastante desleal" al estar imposibilitados para competir contra especies importadas mucho más baratas de lo que ellos pueden ofrecer tras faenar en las costas nacionales.

"Muchas veces la sustitución fue por basa. Esta es una especie que se produce masivamente en países asiáticos, sobre todo en China y en Vietnam. Nosotros la importamos y se está vendiendo como si fuera mero o huachinango (pargo rojo), que son pesquerías de gran importancia nacional y que contribuyen mucho a las economías de comunidades locales", indicó.

Además, la sustitución puede dañar "a la salud de los mares" y a especies protegidas como el tiburón mako, vendido como marlín o cabrilla, pescados mucho más comunes, agregó la integrante de esta ONG que vela por la protección de los océanos.

Problema de trazabilidad

Fuera del móvil económico, las causas de la sustitución de especies no están claras, por lo que Oceana reclama "una trazabilidad (obligatoria) de la cadena de valor" del pescado para entender "en qué etapa se da el problema y cuál fue la motivación".

"La cadena de valor del mercado es muy compleja. (El pescado) pasa por muchísimas manos y muchísimos lugares desde que se captura. Llega a puerto, a la planta procesadora, se filetea, se congela, se enlata. Entonces es difícil saber en qué punto de la cadena de valor ocurrió esa sustitución y cuál fue la motivación", lamentó Aziz.

La responsable del estudio aseguró que "muchos países ya han adaptado" el requisito de trazabilidad, como los miembros de la Unión Europea, que no sólo permite a las autoridades conocer la información, sino que "también podría estar a disposición de cualquier consumidor interesado".

Además, controlar los procesos que sufre el pescado desde su pesca hasta el punto de venta podría facilitar acabar con la pesca ilegal, que aprovecha estos vacíos en la cadena de valor para dar entrada a su género.

"Es muy fácil que se produzca lo que se conoce coloquialmente como lavado de pescado. Se mezcla el pescado legal con el ilegal y se acaba comercializando. Al final lo que llega a nuestros platos no tenemos la certeza de si es un producto legal o ilegal", describió.

Con este tipo de alertas, Oceana espera despertar la conciencia de los consumidores, ajenos muchas veces a los engaños que esconde el pescado servido en su mesa.

"El consumo de pescado en México aún es bajo. Muchas veces pedimos pescado sin preocuparnos mucho de qué especie nos están dando y cuál es su origen", finalizó Aziz.

OF

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