En riesgo, 500 mil empleos en la construcción por el COVID-19
La CMIC estima que la mitad de sus socios carecen de efectivo para apoyar a sus empleados si se prolonga la suspensión
La falta de liquidez y la mínima operación de empresas de la construcción, principalmente micro, medianas y pequeñas, provocará que cerca de medio millón de trabajadores del sector, entre obreros, ingenieros, arquitectos y albañiles dejen de percibir ingresos al finalizar abril, advirtió Eduardo Ramírez Leal, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
“Podemos tener en el próximo mes a 500 mil trabajadores de la construcción sin que sus patrones les puedan pagar nómina, no porque no quieran, si las empresas no tienen ingresos. En los próximos 15 días es cuando muchos trabajadores ya no van a estar percibiendo sueldo porque sus patrones no tendrán con qué pagarles”, aseguró
La CMIC, que representa a 12 mil empresas constructoras en todo el país, advirtió que al menos la mitad de las compañías carecen de efectivo para apoyar a sus empleados en los siguientes 15 días por falta de ingresos.
“Sería imposible, si nos dejan de suministrar insumos del cemento o cualquier otro a partir del 4 de abril, entonces también la industria de la construcción tendría que detenerse si no se atiende el llamado de reconocer a toda la industria como actividad esencial”, agregó.
El año pasado, la industria de la construcción generó cerca de 6.1 millones de empleos formales e informales, de los cuales entre 70 y 80 por ciento provinieron de pequeñas y medianas empresas (MiPymes).
Aunque el pasado lunes 6 de abril, la Secretaría de Salud decretó que las productoras de acero, cemento y vidrio que surten de material a las obras prioritarias del gobierno como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía, la Refinería de Dos Bocas y el Corredor Transístmico podrían seguir operando en niveles mínimos, el problema para el sector es que sólo 38 por ciento de las obras corresponden al sector público y el 62 por ciento son proyectos del sector privado que estarán detenidos al menos durante abril.
Fernando Bolaños Sapién, analista de Monex, opinó que más allá de que se permita continuar las obras de gobierno, una de las preocupaciones más importantes de las cementeras es saber si las constructoras mantendrán operaciones de manera normal durante la emergencia.
“A pesar de que Cemex cuente con la posibilidad de operar sin restricciones, sus volúmenes de venta (de cemento y concreto) dependerían de la normalización de las operaciones del sector construcción”, comentó Bolaños.
Recientemente, la firma de análisis Forescatim advirtió que la industria de la construcción podría registrar una caída de 9.5 por ciento en el primer trimestre del año si el paro de actividades implica una reducción de 50 por ciento en obras.
“Se ha hablado que en algunas obras (se reduzca) hasta 50 por ciento del personal. Las condiciones pueden ser más críticas y por eso el llamado que hicimos desde nuestra Cámara, junto a CCE y Concamin, necesitamos soporte para que las Mipymes de la construcción puedan sobrellevar este momento”, agregó Ramírez Leal.
El freno a la construcción, sería una piedra muy grande en el de por sí ya afectado sector, que en enero de este año registró una caída de 15.56 por ciento en valor, su peor baja histórica, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), con lo que la industria acumula 19 meses en terreno negativo.
Además, el personal ocupado total descendió 9.9 por ciento anual y acumula 18 meses caídas.
Adicionalmente, el coronavirus en México apagó los hornos de las cementeras más grandes del país, afiliadas a la Cámara Nacional del Cemento (Canacem) que en conjunto suman cerca de 36 plantas y producen 3 millones 500 mil toneladas de cemento al mes.
Si bien las grandes cementeras en México cuentan con liquidez para soportar los embates del coronavirus, la mayoría de las empresas replantean sus estrategias de inversión ante la falta de producción por los siguientes 15 días.
Cemex, la más expuesta
Cemex es la compañía cementera más grande del país y también la más expuesta a mercados fuertemente afectados por el COVID-19 como Asia y Europa, lo que podría impactar en el desempeño operativo de la empresa en el próximo trimestre.
“La compañía analiza la posibilidad de postergar inversiones, manteniendo solamente las necesarias para mantener su activo en los estados en los que está”, comentó Alik García Álvarez, analista de Intercam.
La compañía anunció recientemente que aumentará su liquidez suspendiendo compra de activos y reduciendo hasta 25 por ciento el sueldo a sus directivos.