Economía

Emprender sin miedo

Alberto Gómez Godínez demuestra con Gin Maniobra que es posible emprender, incluso, en los momentos más adversos

Para emprender se puede tener una buena idea, a veces es un buen producto, a veces sólo es buena publicidad, pero lo importante es rodearse de personas buenas con ganas de brindar apoyo para lograr el objetivo. Así de simple.

Eso fue lo que Alberto Gómez Godínez recibió de sus padres para poder levantar Gin Maniobra, una ginebra artesanal que ha comenzado a posicionarse en el mercado pese a las dificultades que conlleva ser un producto nacional.

Alberto tiene el ADN del emprendimiento gracias a su familia, creció viendo a su mamá crear una marca de tequila y otra de vino y eso llamó su atención. Cuando llegó su momento, al terminar los estudios universitarios como diseñador industrial en la Universidad Iberoamericana, el país atravesó el momento más complicado para la economía nacional: la pandemia.

“Este es un proyecto pandémico que desarrollé entre 2019 y 2020, pero como egresado sin experiencia la situación en el país era muy complicada, no había empleos, pero tuve todo el apoyo de mis padres para poder emprender”, comparte Alberto. Todo comenzó en una charla con su mamá, de ahí surgió el contacto con el que ahora es su maestro destilador y además su consejero.

Alberto siguió todos los pasos y confiesa que no fue fácil. “Me tardé cuatro o cinco meses para encontrar la receta final. Me di de alta. Fue un proceso complicado pero me siento muy orgulloso de lograrlo”.

Una vez constituida la empresa junto a uno de sus primos puso manos a la obra. “Vendí mi auto y con eso inicié mi inversión. Mi primer batch fueron 200 botellas. Primero busqué a las personas que fueran una compra segura y con esa venta reinvertí y continué. Ahorita rondan las dos mil botellas en producción”. Aunque su centro de operación está en la Ciudad de México, Guadalajara ha sido su segunda casa.


Constancia

Como muchos emprendedores, sobre todo aquellos que inician en momentos de crisis, ha cruzado por la mente de Alberto “tirar la toalla”; sin embargo, reconoce que tiene pilares fuertes que están a su lado y no quita el dedo del renglón. “Un emprendimiento en México es un arma de doble filo; al principio parece muy fácil, pero luego se complica, tienes que saber manejarte con las personas indicadas. En el mundo del alcohol se requiere una gran inversión. Yo inicié con 250 mil pesos y hay marcas que inician con 10 veces más e incluso en dólares y querer competir con esas marcas implica ir a un paso más lento, pero no quiere decir que no se pueda. Este país se ha encarecido mucho y no se puede tener todo, pero no tiro la toalla”.

 


Volver a aprender

“Cuando alguien me pregunta si vale la pena emprender, yo siempre les digo que sí, sólo que deben ser muy inteligentes con lo que quieren emprender”, anota Alberto, pues confiesa que muchos emprendedores quieren dominar el mercado, al menos en la teoría, para saber en qué terreno van a desenvolverse, pero ni así hay garantía de éxito.

Él admite que llegó con Gin Maniobra sin saber nada. “Mi licenciatura me dio muchas habilidades, pero no me lo dio todo para poder emprender. Tienes que ser el todólogo: el que hace, el que lleva, el que cobra y con el tiempo aprendes a delegar. Yo sigo aprendiendo”.

Alberto tiene claro que arriesgarse es la diferencia entre emprender o sólo diseñar proyectos. “Yo diría que no tengan miedo a emprender, aún sin saber qué producir, sin saber hablar, sin saber cómo acercarse a vender, sin saber manejar un Excel, sin saber cuánto producir o incluso si el mercado está o no pautado para el producto. Arriesgarse vale la pena”, concluye quien invirtió todo lo que tenía a sus poco más de 25 años para levantar un proyecto y quien está dispuesto a compartir su experiencia uno a uno con quien se acerque a él como una manera de retribuir a la sociedad lo que ha recibido

Diversificarse

Alberto Gómez añade que aunque la competencia en México ha sido adversa con su producto eso no le impide avanzar y diseñar productos nuevos que están por salir. “Hay competencia para todos, y en el mundo del alcohol hay empresas multimillonarias a nivel mundial que también son tu competencia. La nacional es la más celosa y la que más se empeña en que no triunfes; a la internacional no le interesa si vendes o no, yo lo aprendí a la mala. Insisto, rodearse de buenas personas es lo mejor que puedes hacer para emprender”.

Es por ello que Gin Maniobra está en el posicionamiento de una nueva etiqueta y Alberto trabaja en un producto más accesible para el consumidor: las bebidas preparadas y enlatadas listas para beber. “Va dirigido a otro mercado. No es lo mismo vender una botella de vidrio con alcohol de 43 grados, que una lata con seis grados de alcohol, es otra manera de comunicar las cosas y estoy muy orgulloso de lo que he logrado”.

CT

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