Economía

El alcohol que salvó a la ciudad de la pandemia de COVID-19

El confinamiento revaloró comercios tradicionales de la ciudad, entre ellos la distribuidora DARO, que por sus productosse convirtió en algo más que esencial para los tapatíos

Con cinco expendios en el país, la historia nació en Jiquilpan, Michoacán. El negocio fue del abuelo y se involucraron la mamá de Luis Ricardo Dávalos y sus tíos, quienes actualmente lo producen y surten a otros locales que solamente lo venden.

Justamente uno de estos comercios se encuentra en el Mercado Corona y se dio a conocer en televisión por las largas filas que hacían para adquirirlo en marzo de 2020. Luis Ricardo tiene 30 años de edad y aun cuando conoce a la perfección el negocio, decidió continuar sus estudios de maestría en España, en aquel país pudo percibir como se agotaban productos sanitizantes: gel, cubrebocas, guantes, etcétera; así que, a su regreso a México, agregaron estos productos a los a anaqueles de DARO.
Ante la llegada del  Sars-Cov-2, la incertidumbre se apoderó de la mayoría de personas por el desconocimiento del virus. La principal recomendación por parte de las autoridades de salud era lavarse la manos con agua y jabón, de lo contrario, utilizad gel desinfectante que tuviera alcohol en mayor proporción.

Ante la situación surgió una euforia social por obtener alcohol para preparar gel desinfectante y otros productos. Con el avance de la pandemia se modificó el consumo hasta regresar a una estabilidad.

Con la reactivación económica vino el relajamiento de medidas sanitarias - que a juicio de Luis Ricardo-  debieron volverse hábitos. Esta razón redujo el número de ventas, pero poco a poco se han ido estabilizando por ser un negocio noble que cuenta con usos tan diversos como inimaginables. Por ejemplo, comparte Luis, el alcohol algunos lo utilizan como remedio casero y tradicional en las tinas de baño de los bebés para que concilien el sueño o también lo utilizan para dolores reumáticos; en la fabricación de las golosinas conocidas como “borrachitos” o en la elaboración de rompope. Así mismo grandes y reconocidas empresas como: “Dulces de la Rosa”, “La Costeña”, “Vainilla Molina”, “Grupo Peñafiel”, son clientes de las comercializadoras de su familia y que indudablemente son la “carta fuerte” para atraer nuevos consumidores.

Luis Ricardo recuerda que en 2020, con la intoxicación de habitantes en el Sur de Jalisco, pese a no ser ellos los que vendieron tal producto que fue metanol y no alcohol etílico, la gente tomó sus precauciones antes de adquirirlo, afortunadamente la trayectoria que han mantenido, así como la cartera de clientes garantizan la calidad y compra del mismo.

El nombre de la familia implica un reto importante que engloba esfuerzo y respeto. Por ejemplo, no meterse con la clientela de los demás familiares, así como evitar la venta de alcohol suelto y la homologación en los precios a clientes.

Buscar la necesidad de las personas

Para quienes estén pensando en emprender Luis Ricardo, comparte un consejo: “Buscar la necesidad del futuro cliente es una de las herramientas básicas para arrancar una empresa. Cuando planeaba mi propio espacio de venta, analicé que en Tlajomulco y otros pueblos cercanos tenían que trasladarse hasta Guadalajara a fin de conseguir alcohol, así que pacientemente esperé hasta encontrar un sitio para establecerse, el resultado fue la satisfacción del comprador al saber que evitarían desplazarse para conseguir el producto”.

"Buscar la necesidad del futuro cliente es una de las herramientas básicas para arrancar una empresa".

- Luis Ricardo Dávalos, gerente de DARO.

NUEVAS OPORTUNIDADES DE NEGOCIO

Empresa revalorada

Afortunadamente el mercado de alcohol etílico o puro de caña va en crecimiento de acuerdo a un reciente informe por Market US, empresa de consultoría e investigación de mercado. Prevén que para el año 2031 se expanda considerablemente.

Distribuidora DARO, es un negocio familiar con muchos años  en operación que inició el bisabuelo de Luis Ricardo Dávalos Romero.

MQ

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