Buscará la Sader la prohibición constitucional de los transgénicos
El mayor reto de vetar estas plantas estará en colocarlo en la renegociación del T-MEC
Pacificar al campo, priorizando la zona limonera de Apatzingán, Michoacán, y elevar a rango constitucional la prohibición del cultivo de maíz transgénico en México y su consumo humano directo son las otras prioridades de este sexenio para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), además de erradicar la pobreza y alcanzar la soberanía alimentaria en la nación.
En entrevista, Julio Berdegué Sacristán, nuevo titular del organismo, apuntó que a la Presidenta Claudia Sheinbaum los temas de seguridad que le duelen al sector rural “le preocupan”, hecho por el que en este primer año de gobierno la violencia que enfrentan los productores, agricultores y jornaleros será atendida con el plan de pacificación presentado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
El ingeniero agrónomo también adelantó que la Sader buscará “que la Constitución diga que se prohíbe el cultivo en México de maíz transgénico y el consumo humano directo y no hay más política que esa” para defender esta postura durante la próxima revisión del T-MEC.
Dotar de derechos laborales a los jornaleros, liberar agua para el campo y las ciudades, producir más para el aprovechamiento nacional y hacer frente al cambio climático son otras agendas que ya se están atendiendo, dijo:
— ¿Hay retos más grandes que alcanzar la soberanía alimentaria y erradicar la pobreza?, ¿Cuáles son y cómo planea la Secretaría de Agricultura enfrentarlos?
— Tenemos mucha pobreza, incluso pobreza extrema en el campo todavía aunque hubo un avance muy fuerte en el Gobierno del ex presidente López Obrador y tenemos este otro reto muy importante de que poco más de dos millones de personas jornaleras están en condición de vulnerabilidad, sin derechos laborales, entonces todo el tema del bienestar es muy importante.
El segundo es el agua. En la agricultura nosotros ocupamos 75% del agua en México, entonces tenemos que tecnificar el uso del agua.
Un tercer reto es la producción. Somos un gran país productor, pero todavía necesitamos que nuestra alimentación diaria dependa menos de las importaciones.
— En los últimos años, se incrementaron las extorsiones del crimen organizado a los jornaleros y a pequeños productores, ¿hay un plan para blindar a este sector?
— Hay zonas rurales del país en que sí tenemos temas de seguridad importantes, y, en algunos casos, hasta alarmantes. Tenemos el plan que presentó el secretario Omar García Harfuch, que es el plan para todo el país, urbano y rural, y cuando presentó las prioridades (...) dijo una cosa muy importante: que se atenderá la zona limonera de Apatzingán.
— Otro tema que le duele al campo es el cambio climático, ¿cómo es que la Sader va a hacerle frente?
— El cambio climático no es futuro, es presente. Estamos muy preocupados. Entonces, claro que hay programas, la tecnificación del riego, por ejemplo, que es un programa histórico por su tamaño, pues tiene que ver directamente con la adaptación al cambio climático.
También traemos un programa con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales muy importante para frenar la deforestación.
— Tenemos clara la postura del gobierno frente a la siembra, distribución y consumo del maíz transgénico, pero ¿cómo van a defenderla durante la revisión del T-MEC?
— La postura de la Presidenta es que México, en el territorio nacional, no se va a producir maíz transgénico, ni blanco, ni amarillo, ni rojo, ni azul, ni en ningún color. No queremos maíz transgénico. ¿Por qué razón? Porque México es el país de origen y donde todavía existen las 64 razas de maíces criollos, sobre esos maíces criollos dicen: “ah, es que no son muy productivos”, (pero) su valor está en que esa es la reserva genética mundial del maíz.
CT