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Una noche para toda su vida

La Fiel que se dio cita en la Glorieta de los Niños Héroes no podía creer que el Atlas logró ser campeón tras 70 años

¿Ganamos? ¿De verdad ganamos? Le preguntaba un joven a su novia sin poder creer que el Atlas había ganado su segundo campeonato en la historia.

Los Rojinegros habían anotado cuatro de los cinco tiros que consumían los nervios de los asistentes a la Glorieta de los Niños Héroes.

Cuando desde la pantalla colocada sobre Paseo Chapultepec, el disparo de Julio Furch les dio el gane, Chapultepec vibró con el grito de “gol”, la Fiel brincó, se abrazó y lloró, ondeó las banderas a lo alto para celebrar este día histórico, el Atlas conseguía una nueva estrella luego de 70 años.

Sin palabras. La Fiel no se podía creer que el Atlas logró ser campeón. Imago7

Al son del “Tutá Tutá” los miles de fanáticos, aún sin conocerse, bailaban juntos y daban vueltas a la Glorieta festejando el triunfo que, aunque anhelaban, quizá no creían, pero nunca perdieron la esperanza de ver a su equipo campeón, tal como dice el cántico, “daría toda ni vida por ser campeón”.

Bengalas y cohetes resplandecieron el lugar, pero nada era más imponente que la felicidad y el orgullo que unía a los Roginegros, pese a no haber asistido al Estadio Jalisco, como quizá muchos hubiesen querido.

Lágrimas. Los Rojinegros en las gradas rompieron en llanto tras el triunfo. Imago7

Familias enteras posaban para la foto, las parejas y amigos se abrazaban mientras de fondo sonaba “We are the champions” y “Olé olé olé, campeón, campeón”. “¿Quizá nunca vuelva a vivir un campeonato, pero con esto tengo para toda la vida”, le dijo un joven a otro mientras abrazaba su bandera rojinegra.

Después de tantos pesares, el equipo les agradecía con esta victoria su paciencia, pasión y apoyo.

Repleto. El Paseo Chapultepec lució completamente abarrotado por los aficionados que se congregaron a ver la Final. El Informador/ G. Gallo

Anoche no sólo ganó el Atlas, ganaron la Fiel, ganó Guadalajara.

MQ

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