Polémico y triunfador
A pesar de sus deslices, Nahuel Guzmán ha sido un arquero exitoso
Seis Finales jugadas en el futbol mexicano, cuatro de ellas ganadas, es el balance del portero argentino Nahuel Guzmán, quien desde el arco ha sido un auténtico líder moral de los Tigres, que el domingo se consagraron campeones del torneo Clausura 2019.
En una Liguilla de pocos goles, el “Patón” se agigantó bajo los tres palos de los felinos al sólo permitir tres anotaciones en seis juegos (540 minutos), dos en Cuartos de Final y uno en Semifinales.
Guzmán llegó a la portería de los Tigres a mediados de 2014 y en su primer torneo, el Apertura2014, alcanzó la Final, aunque la perdió ante el América.
Luego acumuló tres títulos en los Apertura 2015, 2016 y 2017, secuencia interrumpida en el Clausura 2017 cuando fue subcampeón ante el Guadalajara.
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Además de títulos que ensanchan su palmarés, Guzmán ha recolectado en México reconocimiento, pero también burlas y odio deportivo.
En las canchas del futbol azteca se ha acuñado el término “Nahueladas” para referirse a esos errores técnicos que el argentino ha tenido en numerosas ocasiones: mal juego de pies, rechazos deficientes, excesos de confianza, que a los Tigres les han costado goles en contra.
Asimismo, el “Patón” ha sido calificado por rivales como marrullero en la cancha y la prensa mexicana lo ha acusado de provocar conatos de bronca.
Aun así, desde su llegada proveniente del Newell’sOldBoys de Argentina, Guzmán ha sido constante y en cinco años ha acumulado 252 partidos con los Tigres: 202 en la Liga, 10 en Copa MX y 40 en torneos internacionales (Libertadores y Concacaf).
“Estamos haciendo grande a este equipo. Faltan un montón de cosas por conseguir, hay que seguir llenando de estrellas este escudo”, dijo el arquero tras la coronación el domingo.
Festejos manchados
Los festejos por el título de los Tigres de la UANL, dejaron dos personas muertas en el municipio metropolitano de San Nicolás de los Garza, informó el secretario de Seguridad Pública estatal, Aldo Fasci Zuazua.
Un menor falleció atropellado, mientras que un adulto pereció tras colisionar luego de conducir en estado de ebriedad.