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Pacto de caballeros: el acuerdo de la liga mexicana de fútbol que fue sancionado por monopolio

El "Pacto de Caballeros" del fútbol mexicano finalmente fue sancionado.

La Comisión Federal de Competencia Económica de México (Cofece) multó a la Liga Mx de primera división por haber aplicado "prácticas monopólicas absolutas" en un acuerdo no escrito que impedía a los futbolistas firmar nuevos contratos libremente.

También emitió sanciones por haber aplicado un "tope salarial" que limitaba a las jugadoras de la Liga Mx Femenil a obtener mejores sueldos.

La Federación Mexicana de Fútbol (FMF) indicó que acata las sanciones por casi US$9 millones que aplicó la Cofece a la institución y 17 clubes de la primera división.

"Ambas prácticas fueron erradicadas previo a la determinación emitida por la Cofece respecto a un posible incumplimiento con el marco normativo de competencia económica", indicó la FMF.

Aseguran que el "Pacto de Caballeros" se terminó en la Liga Mx en 2018, pero aún hubo denuncias de jugadores sobre acuerdos posterior a ese año en divisiones inferiores.

Pero ¿cómo funciona la estrategia que contraviene las reglas de la FIFA?

Derecho de "formación"

El "Pacto de Caballeros" se ha aplicado cuando un contrato de un jugador está por terminar o ya venció.

Los dueños de los equipos ofrecen entonces una renovación o negocian su pase a otro club.

Los dueños de clubes y directivos del fútbol mexicano participaron en el esquema del "Pacto de Caballeros". GETTY IMAGES

El problema viene cuando los jugadores desean cambiarse a un club de su propia elección al terminar su contrato, un movimiento por el que el club anterior no recibe nada a cambio.

Los dueños de los equipos exigen una compensación económica a cambio de su libertad.

Si no obtienen el pago, en un acuerdo verbal entre los dueños vetan al jugador y ningún club de la Liga Mx acepta contratarlo.

Algunos le llaman "derecho de formación", una manera de definir el dinero que invierten los clubes en el entrenamiento de jugadores profesionales.

Pero en realidad, dicen especialistas como Héctor Huerta, comentarista de la cadena deportiva ESPN, el nombre correcto de esa práctica es "Pacto de Caballeros".

Contrario a FIFA y a la ley mexicana

Las reglas de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) dicen expresamente que el jugador tiene la libertad para buscar un contrato con cualquier club.

"Un jugador profesional tendrá la libertad de firmar un contrato con otro club, si su contrato con el club actual ha vencido o vencerá dentro de un plazo de seis meses", señala el reglamento internacional.

"Cualquier violación de esta disposición estará sujeta a las sanciones pertinentes", señala.

Recientemente, el goleador argentino Lionel Messi fichó como jugador libre con el PSG, ya que su contrato con el FC Barcelona había concluido.

Messi y el presidente del PSG, Nasser Al Khelaifi. Aurelien Meunier - PSG

Pero en México los directivos decidieron ignorar las reglas internacionales.

"Los dueños de los equipos dicen: yo te puedo dejar ir a donde quieras pero nadie te va a ofrecer trabajo", explicó Héctor Huerta a BBC Mundo.

"Se ponen de acuerdo entre ellos y entonces nadie contrata a ese futbolista. Los jugadores nunca, nunca quedan libres", añade.

La FMF fue notificada desde 2002 del reglamento que da libertad de contratación a los jugadores. Pero tal disposición era letra muerta en el balompié mexicano.

Para la Cofece, "la conducta constituyó un acuerdo colusorio que tuvo el objeto y efecto de segmentar el mercado de jugadores para limitar la competencia de los clubes en la contratación de estos, lo cual restringió indebidamente la movilidad de los deportistas y limitó su capacidad de negociación para obtener mejores salarios".

GETTY IMAGES

La forma de operar el acuerdo, siempre verbal, hacía imposible que fuera perseguido.

Pero luego de una auditoría, la Cofece detectó que se practicó durante al menos 10 años y causó "un daño al mercado" equivalente a unos US$4 millones.

Doblegar a los jugadores

Varios jugadores desafiaron el "Pacto de Caballeros" para lograr un buen contrato en clubes extranjeros, como el exseleccionado Oswaldo Alanís.

Jugadores de alto nivel tienen poder para hacer eso, pero otros futbolistas con menor cartel están obligado a aceptar las condiciones de los clubes.

"Terminan acatando las disposiciones de los dueños, aunque sean antireglamentarias", señala Héctor Huerta.

En el caso de las mujeres, la Cofece detectó que al poner un tope salarial de unos US$750 al sueldo mensual, las futbolistas no podían negociar mejores salarios.

"Eso eliminó la competencia entre clubes para contratarlas con una mejor remuneración y profundizó la brecha salarial por razón de género", determinó el organismo.

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