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Nacionales enmudece al Minute Maid Park

Los aficionados de los Astros de Houston tendrán que esperar un año más para buscar festejar 

Un fanático de la novena de Houston parece llorar tras consumarse la derrota de su equipo en el séptimo juego de la Serie Mundial, que le da el título a los Nacionales. AFP
Daniel Hudson arroja el guante tras consumar la conquista de Washington. AFP
Roberto Osuna se estrenó en Serie Mundial en la derrota más dolorosa para Houston. AFP
Patrick Corbin lanzó tres entradas completas en el juego más importante de su carrera. AP
El catcher de Nacionales, Yan Gomes, celebra tras el ponche a Michael Brantley, de Astros. AP

Nacionales enmudece al Minute Maid ParkLos aficionados de los Astros de Houston tendrán que esperar un año más para buscar festejar Aunque en 2017 los Astros de Houston ganaron su primer anillo de Serie Mundial, seguirán con las ganas de festejar en casa, pues ayer la fiesta que tenían preparada para celebrar un probable segundo título no pudo realizarse.

Pese a que más de 44 mil espectadores llenaron el graderío del Minute MaidPark con la esperanza de ver a los suyos levantar el trofeo del Comisionado, lo cierto es que al final fueron casi 300 aficionados de los Nacionales de Washington los que pudieron alzar los brazos, gritar de emoción y llorar de alegría.

Tal y como fue durante todos los encuentros de la Serie Mundial, la falta de tiempo no fue pretexto para que los aficionados locales llegaran desde temprano a la casa de los Astros de Houston. Todo estaba listo y para realizar el primer lanzamiento estuvieron presentes las que probablemente sean las dos figuras más representativas en la historia de la novena de Houston: Craig Biggio y Jeff Bagwell, quienes brindaron la emotividad que sólo se siente en un séptimo encuentro de un Clásico de Otoño.

Por si algo de sabor texano faltara en el recinto, el multipremiado actor MatthewMcConaughey fue el encargado de gritar el ¡Playball!, pero como si fuera una película de drama en la que actúa el antes mencionado, lo que en un principio parecía brillo terminó por oscurecerse.

El ánimo de los fanáticos locales fue convertido en silencio con el pasar del último tercio de actividad y conforme pasaban las entradas también se iba la felicidad de los oriundos de la Ciudad Espacial, hasta que cayó el último out y ahí el grito que resonó en las tribunas fue mínimo, pero con el estruendo suficiente para saber que un nuevo equipo ha alcanzado los máximos honores en la mejor Liga de beisbol del planeta.

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