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Los voluntarios, el corazón del Súper Bowl

En las calles de Atlanta, un pequeño ejército compuesto por 10 mil personas está preparado para recibir a todos los visitantes con brazos abiertos

Están por todos lados y aun así, parecen invisibles. En cada esquina, te reciben con una sonrisa y te dan la bienvenida a la ciudad. Están felices de recibirte, de dar instrucciones y de tomarte una o cien fotos, las que necesites hasta que estés contento. Así son los voluntarios del Súper Bowl LIII.

En las calles de Atlanta, un pequeño ejército compuesto por 10 mil personas que decidieron donar su tiempo y esfuerzo para demostrar que su ciudad o en algunos casos, su país, está preparado para recibir a todos los visitantes con brazos abiertos.

Estos voluntarios trabajan turnos de tres a cinco horas todos los días durante más de una semana, pero su trabajo inició hace mucho.

Kirk Anderson fue una de 10 mil personas que enviaron su solicitud y lograron quedar entre los seleccionados; su mayor motivación es el amor por su ciudad, Atlanta. EL INFORMADOR / P. Gallardo

El proceso de entrevistas para convertirse en parte de este selecto grupo inició en verano del 2018, cuando el comité organizador recibió millones de solicitudes, de todas partes de Estados Unidos, de personas interesadas en participar, ahí comenzó el proceso de selección. No fue fácil, buscaban perfiles muy específicos aunque, el único requisito, además del tiempo y disposición era que tuvieran 18 años al momento de inscribirse.

Una vez seleccionados, los elegidos comenzaron su entrenamiento en otoño del año pasado y llevan desde diciembre preparándose específicamente para el papel para el que fueron designados,

En algunos casos, los voluntarios no solo no reciben un pago, si no que ellos ponen de su bolsillo, pues deben pagar su hospedaje, transporte y comida, pero lo hacen con tal de participar. A cambio de su tiempo, estas personas reciben un uniforme —compuesto por una chamarra, una gorra y una mochila— así como historias y anécdotas que podrán contar siempre.

Así fue para Kirk Anderson, que fue una de las 30 mil personas que enviaron su solicitud y lograron quedar entre los 10 mil seleccionados.

Kirk decidió inscribirse gracias a unos amigos suyos que viven en Minnesota: ''ellos participaron el año pasado en su Súper Bowl y escuchar su experiencia, solo hizo que me emocionara más. Sabía que iba a ser difícil pues es mucha la gente que busca participar, pero me atreví y aquí estoy''.

Su motivación principal es mostrar el amor que le tiene a su ciudad ''amo Atlanta, aquí vivo y tenemos mucho que ofrecer. Aunque sea una sonrisa, cualquier cosa para hacer que los visitantes se lleven el mejor recuerdo de esta ciudad''.

Puede que al final la gloria sea para los jugadores que levanten el Trofeo Lombardi el domingo, pero no cabe duda que los verdaderos héroes son estas personas que, lejos de los reflectores, logran un evento impecable y terminan por ser, el corazón del Súper Bowl.

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