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Guadalajara y los Mundiales, un romance como ninguno

La capital de Jalisco y la Copa Mundial de futbol guardan una estrecha relación, sobre todo ahora que la ciudad será sede por tercera ocasión

Fundada en 1542 y con 482 años de historia, Guadalajara es una ciudad única en su haber por su infraestructura, cultura, turismo y calidez de sus habitantes. Características que le han permitido acoger importantes eventos internacionales como los Mundiales de 1970, 1986 y, próximamente el de 2026.

La capital jalisciense es, por excelencia, una fanática del futbol. En su existencia ha sido casa de las Chivas y Atlas, dos clubes de culto para la sociedad tapatía que son reconocidos a nivel nacional e internacional. Sin embargo, no se puede dejar de mencionar a los Leones Negros y las míticas escuadras de Oro, Nacional y los Tecos, que se mantienen también entre la tradición. 

Por todo lo anterior, la gente en Jalisco ha recibido con satisfacción y entusiasmo las diferentes Copas Mundiales que se realizaron previamente y la que se disputará en menos de dos años; Guadalajara vive, respira y disfruta el futbol, por lo que engalanarse por tercera ocasión para albergar un Mundial más hace pensar que la metrópoli hizo bien las cosas en las ocasiones anteriores para ser tomada en cuenta una vez más.

La Perla Tapatía ha sido testigo de grandes figuras mundiales de futbol. Su relación idílica con Pelé en 1970 la posicionó ante los ojos del mundo para darla a conocer y hacerse de una popularidad inigualable que le permitía ser reconocida como una gran anfitriona.

A través de todos estos años, Guadalajara se ha transformado y adaptado a los requerimientos por parte de la FIFA para poder albergar la competencia más importante del balompié, en donde se ha modificado su sistema de transporte, la capacidad de los estadios, entre otros.

La manera en que en la ciudad se ve el futbol también ha generado que la fiebre por este deporte aumente cada vez más. Haciendo soñar a más de un tapatío con la posibilidad de asistir a su tercer o segundo Mundial en casa, pero ahora, con el estadio AKRON como el gran protagonista, dejando un poco de lado al estadio Jalisco, que albergó en dos ocasiones el evento.

México 1970, la innovación y el romance con Brasil

Semifinal entre Brasil y Uruguay en el estadio Jalisco en junio de 1970. EL INFORMADOR/Archivo

Han pasado más de 50 años desde México 1970 y ese Mundial sigue siendo reconocido como uno de los mejores en la historia por las innovaciones que trajo en el ámbito de mercadotecnia, alcance mediático y dentro del terreno de juego.

Por primera vez se transmitió la competencia en televisión a color, se utilizaron las tarjetas amarillas y rojas, se requirieron los cambios de jugadores en pleno partido, Adidas se sumó a la competencia al aportar el balón oficial y México tenía la distinción de ser la única sede, en su momento, que albergaba el Mundial fuera de Europa y Sudamérica.

El 8 de octubre de 1964, El Informador tuvo la dicha de publicar la gran noticia de que nuestro país sería el anfitrión del torneo bajo el título “Para México, el Mundial de Futbol 1970”, en donde se relataba que 56 países estuvieron a favor para que México debutara como organizador de la competencia.

Posteriormente en 1966, se informó que el estadio Jalisco participaría como una de las sedes de dicho Mundial, por lo que se puso en marcha la ampliación del recinto con la construcción de la parte alta y el techo. Para su época, el coloso de la Calzada Independencia fue reconocido como uno de los mejores del mundo por su concepto moderno y funcional. 

Como tal, Guadalajara vivía un auge de crecimiento urbano y la población llegaba al millón de personas, por lo que era necesario que se implementara un sistema de transporte eficiente.

En ese entonces, el Jalisco fue un inmueble sumamente importante durante los días de competencia. En él, se disputaron los partidos del Grupo 3 conformado por Brasil, Inglaterra, Rumanía y Checoslovaquia; también se vivieron juegos de cuartos de final y la semifinal de la verdeamarelha contra Uruguay. 

Pelé ya era un futbolista famoso; sin embargo, en la Perla Tapatía se consolidó como toda una superestrella por la magia que desprendió a través de los toques al balón. Además de que Brasil jugó cinco de sus seis juegos del Mundial en Guadalajara, lo que encantó a los habitantes locales que estuvieron eufóricos por la presentación de los sudamericanos.

1986, entre la tragedia y la suerte

Juego entre Francia y Brasil en el estadio Jalisco. EL INFORMADOR/Archivo

A 16 años de tener el privilegio de realizar un Mundial por primera vez, nadie se imaginaría que a México le tocaría ser anfitrión de nueva cuenta, luego de ciertos caprichos de la FIFA que le quitaron la posibilidad a Colombia de estrenarse como el organizador.

Sin embargo, entre tiempos más modernos y un avance significativo en todos los sentidos a nivel mundial, también aumentaron las reglas y requisitos para que un país pudiera ser sede de la competencia de mayor relevancia en el mundo. 

Originalmente, en 1974 el país cafetero había sido elegido el próximo privilegiado para albergar la competencia. Pero desafortunadamente, la relación entre FIFA y Colombia jamás se consolidó y el atraso en construcciones de los recintos, la exigencia de la Federación y la crisis económica impidieron que la nación sudamericana pudiera llevar a tiempo los acuerdos, por lo que en 1983 se decidió oficialmente quitarle la sede.

El 21 de mayo de dicho 1983, El Informador publicó “Ningún misterio: México, sede 86”, haciendo alusión de que los directivos del futbol azteca no tuvieron inconveniente alguno de poder convencer a los altos mandos, debido a la infraestructura que se había construido previamente para el Mundial de 1970 y la buena relación entre los entes.

Guadalajara se volvía a vestir de gala, estaba a nada de convertirse también en una ciudad doble mundialista y lo tenía todo para cautivar a los visitantes. Para esa ocasión, la capital jalisciense utilizaría otro inmueble más para poder tener mayor cantidad de partidos y el estadio Tres de Marzo se estrenaba en la justa, luego de que se le realizaran modificaciones a marchas forzadas.

El estadio Jalisco también sufrió algunas mejores, pero no como al Tres de Marzo que, después de que los Tecos subieran a Primera División, ese estadio tenía una capacidad de 22 mil aficionados y FIFA exigía un mínimo de 30 mil, poniendo a trabajar a los involucrados para que el recinto fuera ampliado y contemplado para tener partidos que después se volvieron inolvidables para la afición tapatía.

Un escenario vanguardiasta para 2026

El estadio Akron será sede de cuatro partidos en el mundial 2026. EL INFORMADOR/A. Navarro

La Perla Tapatía tiene la dicha de haber sido sede de dos Mundiales, albergar partidos de futbol de los Juegos Olímpicos de 1968 y unos Juegos Panamericanos en 2011. Sus transformaciones para recibir dichos eventos y la calidez en sus habitantes la han dado a conocer al resto del mundo. Guadalajara lo tiene todo, por ello no hubo algún problema para escogerla por tercera ocasión en su historia para albergar otra Copa Mundial de la FIFA, ahora en 2026.

Ya no serán ni el estadio Jalisco ni el Tres de Marzo los principales escenarios, ahora será el estadio AKRON, casa de las Chivas, que desde la concepción de su construcción fue planeado para que pudieran llevarse a cabo eventos de gran importancia y afluencia en su interior.

El inmueble fuera de la periferia de la ciudad se prepara para ser el más sustentable de cara al Mundial 2026. Los trabajos están destinados a cambiar las luminarias para tener más ahorro de energía, implementar una gestión integral de residuos para que la basura que se genere durante los partidos no vaya directamente a rellenos sanitarios y cambiar el césped y otros aspectos de la cancha para tener un terreno de juego de alta tecnología. 

Respecto a las otras ediciones, sólo albergará cuatro juegos de la competencia y uno de ellos será el de México el jueves 18 de junio de 2026. Tal vez no continúa la idílica relación entre Brasil y los tapatíos, a menos de que el comité organizador destine algo diferente, pero la Perla Tapatía se convertirá en una metrópoli tres veces mundialista y de vanguardia. 

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