Entrega total en la Ciudad Espacial
Con horas de anticipación, los aficionados de los Astros atiborraron el parque de pelota para ser testigos del primer juego del Clásico de Otoño
Considerada como la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, Houston ofrece todo tipo de espectáculos, pero ayer, todos los ojos de la gran urbe texana estuvieron puestos en el Minute Maid Park, el recinto que albergó el primer juego de la Serie Mundial 2019 y en donde las emociones estuvieron a la orden del día.
Desde cinco horas antes del primer lanzamiento, en las inmediaciones de la casa de los Astros ya deambulaban aficionados de la novena que viste de naranja y blanco.
Ilusionados por el camino que comenzaba en la búsqueda de obtener su segundo anillo del Clásico de Otoño, los fanáticos poco a poco abarrotaron el estadio e incluso cumplieron con la tradición de atiborrar los pasillos pese a que todavía faltaba algo de tiempo para el arranque del encuentro.
Corrieron los minutos, el diamante quedó completamente despejado y ahí comenzó la verdadera locura que genera el equipo de la Ciudad Espacial.
Los primeros en hacer acto de presencia fueron los visitantes, quienes salieron a la grama acompañados de pocas ovaciones, aunque la calma se anteponía al estruendo que habían de causar los de casa.
José Altuve, el segunda base venezolano que puso a Houston en la Serie Mundial, fue el más ovacionado, ocasionando una auténtica explosión de júbilo al momento de ser presentado por el sonido local.
Pero no sólo el de Puerto Cabello puso al público de pie, ya que una nueva sorpresa llegó para los presentes. J.J. Watt, otro de los tantos ídolos de la ciudad de Houston por sus actuaciones con los Texans de la NFL, apareció a orillas del diamante para cantar el Play Ball y darle rienda suelta a la euforia que solo el beisbol de las Grandes Ligas puede ocasionar.