México pierde, pero deja marca histórica en Mundial de Beisbol
El equipo mexicano se despidió del Clásico al caer en semifinales 5-6 frente a Japón
La victoria más grande que tuvo México en este Clásico Mundial de Beisbol fue mostrar lo diverso que se puede ser como país, pese a la derrota en Semifinales (instancia a la que no se había llegado anteriormente) a manos de Japón por pizarra de 5-6.
El equipo formado por el mánager Benjamín Gil nos recordó que se puede ser mexicano incluso sin dominar el español o sin haber nacido en territorio nacional.
Quien diga lo contrario es porque no conoce la historia de un Austin Barnes, el cátcher de los Dodgers que sorprendió a más de uno al declararse elegible para México gracias a la herencia de su madre y de sus abuelos, quienes son de Guadalajara.
Otro ejemplo es Randy Arozarena, ese superhéroe nacido en Pinar del Río, Cuba, que voló por los jardines y que se convirtió en el alma de México en el torneo.
Casos similares son los de Alex Verdugo o Rowdy Téllez, quienes convivieron, pelearon, triunfaron y cayeron junto a peloteros como Giovanny Gallegos o Luis Urías.
Vencer a Puerto Rico y a Estados Unidos fueron lindos pasajes para México en este Clásico Mundial, pero el mayor legado de este equipo fue demostrar lo plural y funcional que se puede ser cuando se trabaja en conjunto.
El sueño llega a su fin
Ni la magia de Randy Arozarena por los jardines, ni la gran apertura de Patrick Sandoval o los batazos Luis Urías y Alex Verdugo fueron suficientes para vencer a un Japón que supo pelear hasta el final.
Se terminó el sueño: México fue eliminado en las semifinales del Clásico Mundial, pero junto a la tristeza que deja este resultado adverso contra los nipones (5-6) conviven los sentimientos de orgullo y gratitud hacia un equipo tricolor que realizó la mejor presentación mexicana en la todavía joven historia de este certamen.
Luego de que Urías pegara un cuadrangular de tres carreras en el cuarto rollo ante los lanzamientos del prodigio Roki Sasaki, quien lanza metralla a más de 102 millas por hora, Masataka Yoshida devolvió el golpe y le recetó la misma dosis a México en una séptima entrada que terminó por ser fatídica para los dirigidos por el mánager Benjamín Gil.
Con el juego empatado México dio muestra de carácter, y así como se lució a la defensiva con tres atrapadas de escándalo en las que incluso se robó un cuadrangular, Arozarena demostró su valía en ataque y se embasó para que después Verdugo lo mandara a la registradora en la octava entrada.
En ese mismo rollo también timbró Jarren Durán, pero justo a la hora cero un mal relevo de Giovanny Gallegos permitió que Japón dejara tendido al equipo mexicano.
La tanda comenzó en el nivel máximo de exigencia debido a que el pelotero de los Saint Louis Cardinals tuvo que enfrentar a la súper estrella Shohei Ohtani, quien apenas en su primer intento conectó un extrabase que lo llevó hasta la intermedia.
Con Ohtani en las almohadillas Gallegos le regaló el pasaporte a Yoshida, y esto abrió el camino para que Munetaka Murakami le conectara un doblete con el que Japón selló su pase a la gran final de este Clásico.