Cultura

Xavier Velasco: entre el oficio y el caos

El escritor alista su participación en el Festival Letras en Tepic 2021; relata sus planes surgidos en pandemia

El escritor mexicano Xavier Velasco, quien obtuvo el Premio Alfaguara en 2003 por su novela “Diablo guardián” (2003), participará por estos días en el Festival Letras en Tepic 2021 -www.facebook.com/FLNayarit/-, el cual se lleva a cabo de manera híbrida desde ayer y hasta el 11 de diciembre, y cuenta con dos sedes: Tepic y Bahía de Banderas.

En palabras del narrador, la pasada Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara fue “muy reducida” y las visitas “fueron de pisa y corre”; de ese modo, en buena medida debido al formato híbrido de la feria, “parece que no hubo mucha actividad, pero -por eso mismo- sospecho fue bastante atípica”, señala en entrevista con EL INFORMADOR.

Ahora, aunque pareciera que se sale del bache en cuanto a la pandemia y sus efectos, Velasco asegura: “me encantaría ser optimista, pero hace año y medio la vida me viene enseñando que lo que yo diga u opine no tiene la menor importancia. Claro que mi deseo ferviente es que volvamos a la normalidad, pero hoy día ya no tengo ni la menor idea”.

Tiempo de reflexión

Para sus actividades en Tepic, el autor de “El materialismo histérico” va a “hablar sobre la novela, del oficio de novelista, de lo que significa trabajar en esto. De hecho, estuve haciendo unos videos en mi canal de YouTube que se llamaron así: ‘El oficio de novelista’ y, ahora, hablaré un poco más del asunto, de lo que significa sentarse a escribir”.

En esos términos, afirma Velasco, su libro más reciente, “El último en morir” (que apareció el año anterior), “me metió en ese riel de hablar sobre el oficio, además de aprovechar esta especie de pausa que ha sido la pandemia y la cuarentena, donde uno tiene mucho tiempo para reflexionar sobre uno mismo y lo que hace, de lo que se propone y los planes”.

Talleres y clínicas

Por otra parte, no le han invitado a dar talleres pero, admite el escritor, “no se me dan mucho, siento como que estoy estafando a los estudiantes; no termino de sentirme a gusto. Lo que he pensado es en armar una clínica de escritura, pero eso toma tiempo porque todavía debo de armar el plan de estudios (y no lo he hecho)”.

Velasco destaca que “trato de no seguirle el paso a los libros que he escrito; es algo bastante inútil porque no puedo mejorar ese paso y me distraigo en aquello que escribí. Por eso mejor pienso en que le vaya bien y, cada seis meses, con base en el reporte de regalías me daré una vaga idea. Creo que es mejor preocuparme por lo que estoy haciendo que por lo que hice”.

El momento y el caos

En sus palabras, comenta el narrador: “siempre estoy metido en un proyecto de novela, pero estoy en varios proyectos. Trabajo en un guion de televisión, dos proyectos de novela (lo que significa que un proyecto marcha mientras el otro está paralizado), eso es todo; la verdad es que la cuarentena me ha traído muchos desórdenes. Tengo cuatro libros empezados y no sé qué hacer con eso”.

En esta situación de encierro, dice Velasco, “uno tiene muchas ideas, muchas tentaciones, y luego se juntan, eso me tiene un poco enloquecido. Lo que ahora busco es echar a andar y hacer que las cosas funcionen mejor”; justo por ese detalle es que “deseo platicar en Tepic acerca de estas cosas, porque creo es el mejor momento para hablar de cuando estás metido en el berenjenal: quieres escribir una cosa, escribir otra, a veces no quieres escribir nada, en fin”.

Recuerda el autor de “Los años sabandijas”: “de niño fui muy mimado, me compraban álbumes de estampas para llenarlos y terminaba por no llevar ninguno, por estar disperso. Ahora, sin quererlo ni planearlo, he llegado a la misma situación. Estoy algo desesperado, porque de ninguna manera se trata de un sistema, es todo lo contrario: un caos”.

Riesgo y futuro

Por otra parte, hace unos años que el escritor hizo “el audiolibro de ‘Diablo guardián’; y recientemente hice lo mismo con ‘El último en morir’, que debe estar por salir en unos días, o quizá salió ya, pero lo cierto es que terminamos hace casi un mes. Fue una experiencia interesante, difícil y complicada; se acaba uno la garganta y los nervios. Pero me gusta hacerlos”.

En ese derrotero, Velasco evade opinar acerca del “futuro de las historias” en formatos electrónicos y sonoros, no sólo porque “se alborota el gallinero” sino, además, “porque en estos momentos no puedo ponerme a pensar en esos temas, si lo hago, ya con los proyectos que traigo encima, me van a sacar de mi casa en camisa de fuerza”.

De hecho, indica: “lo que me parece es que hoy día es muy riesgoso hablar de lo que viene para el futuro, porque cada año suceden cosas que nos desmienten. El futuro, para empezar, es un dato que se ha acortado mucho; ahora significa lo que pasará en un año o poco más, después ya no sabemos. Y con la pandemia, menos. Ya la noción de futuro es muy abstracta para manejarla, porque hoy menos que nunca somos dueños de nuestro destino. Lo primero que diría es que no sé siquiera si hay algo de futuro”.

Sin queja

Con una vida “relajada” que comparte familiarmente con su esposa y cinco perros, Velasco sabe “poner buena cara al tiempo, para no hacer ‘malasangres’. Imagina nomás, acá encerrados y con malasangre, pues no. Somos una familia de siete, los perros son cinco pero vivimos para ellos, así que estamos bien, en tranquilidad y contentos”.

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