Testigo de la información y guardián de la ciudad
EL INFORMADOR es un referente periodístico y la privilegiada ubicación del edificio en el Centro lo convierte en un sitio para visitar y conocer parte de la historia de la ciudad
El Centro Histórico de Guadalajara es reconocido por su bella arquitectura y sus imponentes edificios. En sus principales calles, a pocos metros de distancia entre unos y otros, se guardan grandes anécdotas y momentos importantes del desarrollo de la ciudad, son testigos de la vida diaria de una metrópoli que siempre está en una evolución constante. Uno de esos inmuebles que son parte del arraigo y la idiosincrasia de la sociedad tapatía es el del diario EL INFORMADOR.
Este imponente edificio es referencia importante para los tapatíos, ubicado en la calle Independencia 300, su contexto abarca una manzana entre los cruces de Pino Suárez, Belén y Juan Manuel, además está situado en el corazón del Centro Histórico, armonizando la vista de cualquier transeúnte o automovilista, pues también es vecino de grandes construcciones como el Congreso de Jalisco, la cantina La Fuente, el Museo Regional y la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.
Para el aniversario 100 de esta casa editorial se realizó un artículo especial que resalta aspectos importantes de este edificio y algunos datos curiosos a manera de contexto para entender la trascendencia tan importante que tiene EL INFORMADOR en la sociedad tapatía y su repercusión a nivel nacional. La fachada de su entrada principal está cubierta con mármol, sin embargo, tras esta actualidad donde luce regio, hay una gran historia. Este inmueble ha ido transformándose a la par de los grandes cambios que se han desarrollado en Jalisco y México.
En ese artículo de aniversario publicado el 5 de octubre de 2017, al que se puede tener acceso navegando en informador.mx en la sección “Hemeroteca” se remarca que la historia comienza más de medio siglo atrás, “cuando los ingenieros J. J. Barragán y J. Garibi V. proyectaron y construyeron, en 1945. La obra quedó finalizada acorde a los patrones de la zona, con ventanas que años después fueron selladas”. Pero EL INFORMADOR ya estaba en funciones desde el año 1917, solo que la vida editorial se desarrollaba “en unas oficinas de reducido tamaño en comparación con las actuales, ubicadas entre la calle Corona y Av. Revolución”.
Ahí inician las publicaciones de unas cuantas páginas, sin embargo al pasar de los años la información generada por el diario tapatío era tan importante para la ciudad, que este fue expandiéndose y convirtiéndose en lo que hoy representa, además de ser parte de la tradición jalisciense. Y es que hace más de un siglo, nuestra ciudad era parte de un cambio cultural y social, consciente de ello es que don Jesús Álvarez del Castillo, decidió formar un periódico veraz, oportuno, de calidad y con una línea editorial independiente a las agendas políticas y sociales.
Una siguiente etapa llegó para EL INFORMADOR en 1966, “cuando Jorge Álvarez del Castillo, hijo del fundador, tomó las riendas del periódico. Su llegada, significó una nueva etapa de evolución, pues implementó una visión innovadora, reflejada en la planta industrial, ubicada en el primer piso del edificio actual. Además, introdujo la computación a la labor periodística”.
Otro momento importante para esta casa editorial ocurrió en 1985 cuando se recubrió de mármol, el proyecto estuvo a cargo del ingeniero Guillermo Ochoa, padre del Sr. Enrique Ochoa, un hecho muy comentado entre la sociedad tapatía, pero que permitió al paso de los años que su fachada se conserve en perfecto estado y así prescindir de pintar y repintar.
El edificio ha sido testigo de generaciones de reporteros, editores, diseñadores, fotógrafos, repartidores, personal de prensas y administración que con su empeño y dedicación lo hacen fuerte y portentoso.
El año pasado, para conmemorar los 102 años de EL INFORMADOR, se presentó a los lectores a “La Manuelita”, la primera rotativa marca “Goss”, utilizada por Don Jesús Álvarez del Castillo Velasco durante la fundación del diario en 1917. La inauguración fue encabezada por el director general de esta casa editorial, Carlos Álvarez del Castillo, acompañado por su hijo, Juan Carlos Álvarez del Castillo. Además, en el acto protocolario estuvieron presentes el gobernador del Estado de Jalisco y el presidente municipal de Guadalajara, Ismael del Toro.
Desde entonces cualquier transeúnte o curioso que quiera acercarse al universo de la información y las letras y ver la magia de un diario como EL INFORMADOR, puede llegar por la calle Independencia donde hay una ventana para apreciar un poco de lo que representan 103 años de historia y referencia cultural. La imprenta fue nombrada “La Manuelita” en honor a doña Manuela Zuloaga, con quien don Jesús Álvarez del Castillo, fundador de este medio de comunicación, contrajo matrimonio en 1908.
Y ahora que la Línea 3 del Tren Ligero está en funcionamiento, llegar al Centro Histórico es aún más sencillo, por lo que una excelente actividad cultural el acercarse a apreciar mejor la estética de la fachada del diario y observar a “La Manuelita”, testigo de la evolución de esta casa editorial.
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JL