Semana Santa 2022: El Museo de la Ciudad vive su noche de “incendios” con el Altar de Dolores
Este viernes el historiador Daniel López dio una charla donde profundizó la historia, características y simbolismos de los Altares de Dolores
A la par de las empanadas que dan indicios de que la Semana Santa y de Pascua están por comenzar, existe otra tradición que también funge como antesala de las celebraciones religiosas que se manifiestan durante este periodo vacacional: los Altares de Dolores, ofrenda con la que se recuerdan los siete dolores que aquejan a la Virgen María y que a la par memoran diversos pasajes de Jesucristo, desde su anunciación, el viacrucis y su crucifixión.
Como cada viernes previo al Domingo de Ramos, en Guadalajara diversos barrios despliegan sus Altares de Dolores con eltradicional “incendio”, palabra que se refiere al acto de encender las velas que marcan el alumbramiento del altar y sus diversos elementos, que por siglos han sido una devoción representativa en espacios como las colonias Analco y Capilla de Jesús, el Centro Histórico de Guadalajara e instituciones culturales como Casa Iteso Clavijero, en donde se realizan actividades artísticas y charlas para explicar los orígenes de esta tradición que también se ha visto reflejada en otras disciplinas como la pintura, la escultura y la literatura, por ejemplo.
Nuevamente, el Museo de la Ciudad, de Guadalajara, abrió sus puertas para que, durante la noche de este viernes 8 de abril, los visitantes acudieran a la charla “¿Ya lloró la Virgen” que ofreció el maestro e historiador Daniel López Hernández, quien profundizó en la historia, características y simbolismos de los Altares de Dolores o conocidos popularmente como “incendios”.
Daniel López resaltó las diferentes perspectivas en cómo los Altares de Dolores son apreciados, en este caso, por los tapatíos, desde aquellos que año tras año transforman algún rincón de su casa, principalmente aquellos espacios pegados a las ventanas, para ofrecer esta ofrenda en víspera de los días santos.
Por otro lado, están quienes se acercan a esta tradición por la espectacularidad de cada altar, por su estética, colores y aromas, que bien recuerdan también el cariño y arraigo que tienen los mexicanos por los altares en el Día de Muertos, sin olvidar, que los llamados “incendios” también la particularidad de atraer a espectadores de todo tipo de credos y devociones, nuevamente, ante la belleza y esmero artesanal que cada uno de sus elementos requiere.
Durante la conferencia “¿Ya lloró la Virgen”, Daniel López también exploró los diversos significados que por tradición los tapatíos han atribuido a los diferentes elementos de los “incendios”, desde la presencia de la Virgen de los Dolores (particularmente caracterizada por llevar en su corazón una daga o siete puñales representando sus siete dolores), la constancia de manteles, papel picado y decoraciones artesanales en blanco y morado en señal de luto y pureza, las lágrimas de la Virgen dolorosa que suelen manifestarse con esferas, cristales o hasta en la chía que se pone al agua de limón de esta temporada y los pañuelos blancos que aluden al llanto también de la Virgen.
Tras la charla, el Museo de la Ciudad se arropó por el Coro Municipal de Guadalajara, que bajó la dirección del maestro Alejandro Zermeño, así como de sopranos, bajos, contraltos, tenores y la pianista Paulina Sánchez González, brindaron un majestuoso recorrido por populares obras de réquiem en su concierto “Canto a la Dolorosa” como “Stabatmater”, “Introit et Kirye”, “Lacrymosa”, “Sanctus”, “Pie Jesu” y “CumSanctis”.
MF