Mercado Libertad, el ícono arquitectónico del comercio
En 1958 se inauguró el inmueble construido por Alejandro Zohn, aunque su historia comercial se remonta hasta antes de 1888
Sombreros, artículos de piel, artesanías, dulces típicos, muñecas de cartón y carritos de madera, pero también tenis, electrónicos, algo de joyería, videojuegos, mercancía importada y réplicas, sin olvidar los puestos de comida y hierbas medicinales. Eso y más es lo que se puede encontrar en el Mercado Libertad, mejor conocido como “San Juan de Dios”, debido al barrio donde se encuentra, a un costado del templo que lleva el mismo nombre.
La actividad comercial en este lugar data de antes de 1888, cuando fue establecido en forma el primer mercado, que sobrevivió hasta el año de 1925, cuando el alcalde municipal José María Cuéllar ordenó la construcción del edificio de dos plantas de estilo colonial, hecho con mampostería de piedra, ladrillos y adobe que ocupó una superficie de 12 mil metros cuadrados.
No fue sino hasta el 30 de diciembre de 1958 que fue inaugurado el mercado que conocemos en la actualidad, proyecto a cargo del reconocido arquitecto Alejandro Zohn, durante el mandato del gobernador Agustín Yáñez. Con una inversión de 13 millones 800 mil pesos, la edificación de tipo modernista, construida con varilla y concreto, albergó por primera vez una escuela primaria y una guardería.
El inmueble fue declarado como Patrimonio Artístico de la Nación por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en el 2004.
En enero de este 2017, el entonces alcalde municipal, anunció el inicio de las obras de renovación del Mercado Libertad, en las que se invirtieron 20 millones de pesos en la delimitación de locales, mantenimiento a las instalaciones de gas, sistema contra incendio y las instalaciones eléctricas, con la finalidad de reactivar el inmueble e impactar de manera positiva la economía de la zona y el Centro Histórico.
El artista detrás de los paraboloides
Alejandro Zohn Rosenthal nació en Viena el 8 de agosto de 1930. Llegó a México en el año 1939, luego de que su familia saliera de Austria ante la llegada de los nazis. En la década de los setenta obtuvo la nacionalidad mexicana. Falleció el 4 de agosto de 2000, cuatro días antes de cumplir 70 años.
Graduado de la carrera en Ingeniería Civil en 1955 y posteriormente de la licenciatura en arquitectura, ambas en la Universidad de Guadalajara, se convirtió en Académico Emérito de la Academia Nacional de Arquitectura, así como en miembro fundador del Colegio de Arquitectos de Jalisco. Fue profesor en la UdeG y ponente en diversas instituciones de México, Estados Unidos, América Latina y Europa.
Enfocado principalmente en temas de vivienda de interés social, se hizo acreedor a importantes proyectos en el Estado, entre ellos, la construcción del Mercado Libertad cuando aún era pasante de la Facultad de Ingeniería, lo que le valió una gran lista de reconocimientos, entre los que se encuentran la Insignia José Clemente Orozco en 1957; el Premio Jalisco a Arquitectos distinguidos en 1964; Premio Anual de Arquitectura en Jalisco 1986, 1992 y 1993, con Distinción en Diseño Arquitectónico y Honoris Causa en 1991; la Medalla de Oro y Gran Premio de la Academia Internacional de Arquitectura en la VI Bienal de Sofía Bulgaria en 1991.
Para Alejandro Zohn, su obra, principalmente constituida por paraboloides hiperbólicos en concreto, no estaba dentro de alguna corriente arquitectónica, más bien la consideraba el resultado de una auténtica expresión personal vinculada con el medio y su época. Decía que la arquitectura tiene que responder a diversos valores; que debe de cumplir una función y resolver eficientemente un sistema especial para albergar funciones y comunicar algo más que el valor de una caja de zapatos.
Algunas de sus obras:
- Nuevo Mercado Libertad (San Juan de Dios) (1958)
- Concha Acústica del parque Agua Azul ) (1958)
- Unidad Deportiva “Presidente Adolfo López Mateos” (1962)
- Dirección de la construcción de Plaza del Sol (1969)
- Edificio Mulbar (1973)
- Mercado Municipal “Río Cuale”, Puerto Vallarta, Jalisco (1978)
- Archivo General del Gobierno del Estado de Jalisco (1985-1990)
- Acceso a la Estación de San Juan de Dios del Tren Eléctrico Urbano, así como adecuaciones a la plaza donde esta se encuentra (1994)
En sus palabras:
“En esa época el uso del sistema de paraboloides hiperbólicos en las cubiertas estaba haciendo furor, había muchas expectativas en relación a ese tipo de formas, ligeras y económicas, con resultados interesantes aunque limitados, ya que si bien podían resolver algunos problemas en forma adecuada, no eran útiles para todo. Para Guadalajara fueron novedosos ya que se trataba de los primeros paraboloides hiperbólicos que se hicieron”. (1987)
“Pienso que la mayoría de los que estamos interesados en el quehacer arquitectónico sentimos que la arquitectura no está completa si no satisface sus exigencias, la función social implica que haya una expresión artística adecuada. Estamos teniendo la oportunidad de que nuestras propuestas sean algo que integre un medio ambiente agradable, positivo, constructivo, lejos de las monótonas expresiones que muchas veces se dan. Si no cumplimos con esto estamos dejando a un lado nuestra obligación como arquitectos”. (1987)
“Puedo no ver un cuadro, no leer un libro, no oír un disco o no ver una danza, puedo no conocer a Borges, pero la arquitectura no me la saco de encima”. (1999)
OA